Etnias sonorenses, posible descendencia Clovis
Ilustración: Representación de los primeros pobladores de América (DEA Picture Library/Deagostini/Getty Images)
Las poblaciones indígenas del estado de Sonora han permanecido en estas tierras por miles de años. Es posible que el antecedente de donde ellas proceden sean las primeras poblaciones del continente americano: los Clovis. A estos se les reconoce como la primera cultura de nuestro continente.
Los Clovis han dejado evidencias como puntas de proyectil o puntas de lanza, mismas que permiten ubicar su presencia hace 13,500 años, tal como fue descubierto en el sitio arqueológico “El Fin del Mundo”, ubicado a 100 km de la capital sonorense. En dichas excavaciones fueron encontrados restos de dos animales prehistóricos extintos hace más de 10,000 años. Eran llamados “Gonfoterios” y pertenecían a la familia de los Proboscídeos, mismos que se encontraron en asociación directa con humanos, de los cuales las Puntas Clovis con los rasgos característicos que las distinguen, son la principal evidencia, además de restos de carbón que sirvieron a la datación por radiocarbono.
Posiblemente, al dispersarse por el gran territorio inhabitado, las distintas poblaciones compuestas originalmente por grupos familiares, de acuerdo a cada región, fueron desarrollando su propio lenguaje y costumbres acorde a las adaptaciones que debieron hacer para sobrevivir. Quienes estaban cerca de las costas quizás elaboraron instrumentos de captura, como “nasas” o trampas cebadas para peces y crustáceos. Los de las llanuras, seguramente mejoraron sus habilidades en técnicas de caza y recolección por su forma de vida nómada, elaborando puntas de materiales resistentes y de calidad que les permitieran cazar los grandes animales de la época a finales del Pleistoceno, llamada megafauna.
Por otro lado, en el sitio arqueológico conocido como “La Playa”, ubicado en el municipio de Trincheras, de acuerdo a lo publicado por los arqueólogos, Doctores Guadalupe Sánchez y John Carpenter del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se han encontrado una importante e invaluable cantidad y variedad de registros históricos que hablan de un período de agricultura temprana de las primeras civilizaciones que se asentaron en el noroeste de nuestro país.
Estos son conocidos como Tradición Trincheras, cuya cultura desapareció en tiempos precolombinos. Actualmente, dicha zona es parte de los territorios de la etnia “Tohono O´odham” en México, también conocidos como “Pápagos”, quizás los herederos y descendientes de la cultura Trincheras. Cabe señalar que la Tradición Trincheras a su vez, guardaba algunas características de una población previa y contigua que se ubicada al norte de su territorio en el desierto de Sonora-Arizona, los “Hohokam” de donde quizás provenían. Los grandes canales de irrigación para sus cultivos de maíz son prueba de ello.
En el caso de la tradición Trincheras, estos dejaron cientos de terrazas de piedra construidas sin argamasa en el Cerro de Trincheras. Estaban destinadas a diferentes usos, como viviendas de la elite, pie de casas, para defensa, centro astronómico e incluso parcelas para siembra. Se trata de un sitio arqueológico bajo el cuidado del INAH desde hace 30 años. En este se han encontrado pruebas de agricultura temprana, como el maíz y el agave, quizás de los primeros cultivadores de la región. También se cuenta con vestigios de glifos tallados en piedra como parte de su arte y su representación en el Cerro San José y “La Proveedora” en el municipio de Caborca.
Adicionalmente, en 2020 el Ing. Alberto Mellado, miembro distinguido de la etnia Comca’ac y actual regidor étnico por Punta Chueca ante el ayuntamiento de Hermosillo, publicó una serie de memorias históricas de su pueblo divididas en épocas, una excelente compilación a manera de trilogía a la cual intituló: “LOS COMCA’AC. UNA HISTORIA NARRATIVA” (Misma que recomendamos ampliamente y disponible en “Amazon”. https://www.amazon.com.mx/LOS-COMCAAC-HISTORIA-NARRATIVA-independencia-ebook/dp/B08N5MK6HQ).
Por varios años —según comunicación personal con el Ing. Alberto Mellado— este recabó información de la tradición oral de personas mayores de las dos comunidades Comca’ac en su territorio, Punta Chueca y Desemboque de los Seris. También la complementó con diversos y concienzudos estudios realizados por antropólogos y lingüistas que trabajaron con la etnia durante los últimos 50 años quienes, incluso, elaboraron y suministraron el lenguaje escrito que no contaban antes de la década de 1950.
Nos ha llamado mucho la atención que, dentro de la visión y cosmogonía del pueblo Comca’ac, en la página 31-33 del primer tomo de la trilogía, menciona “La gran Historia antes de esta historia”, refiriéndose con ello al Génesis desde la perspectiva de la etnia Comca’ac, o la Creación de todas las cosas, tal como ha sido transmitida de padres a hijos mediante la tradición oral a falta de escritura, —que dicho sea de paso, fue desarrollada apenas en los 50s con el apoyo de investigadores extranjeros como la pareja de Mary y Edward Moser, ambos Doctores, así también del Dr. Sthepen Marlett, lingüistas (comunicación personal Dr. Richard White).
Al hacer la lectura, misma que reproducimos textual al final de este documento y que recomendamos leer por completo por su alto valor en símbolos y creencias, además de ser muy comprensible desde cualquier enfoque religioso y tener una narrativa fluida y hasta poética, pueden observarse entre las distintas expresiones, que estos hablan de un ser supremo; describe la creación misma de la tierra, continentes, plantas, animales y a ellos mismos. A continuación reproducimos partes del texto seleccionadas.
“Creada la tierra puso las plantas y los animales, después el creador caminó por este mundo y le dio nombre a todo, creando nuestra lengua, regalo que a nadie más le entregó. Después, Él nos hizo a nosotros, nacimos de la superficie de su propia piel, nos dio de comer la primera tortuga marina, pero también hizo a los gigantes colosales, y otros más grandes que nosotros”……
Es posible que los “gigantes colosales” que refieren, coexistieron con los primeros Comca’ac y se estuvieran refiriendo a los animales prehistóricos que serían la fuente de caza y sustento de los primeros pobladores, aclarándose que mucho tiempo atrás dejaron de existir.
También nos hace sentido la parte que indica a la letra: “Nuestra propia y más antigua historia empieza caminando, venimos de muy lejos de donde no podemos recordar, hasta llegar hasta donde estamos hoy. Vimos los grandes hielos, que nuestra memoria convertida en voz, nunca olvidó”.
Ello nos hace pensar que los Comca’ac han conservado mediante la tradición oral, y a través de sus propios cantos y ceremonias, un recuerdo claro de su paso por Norteamérica. Los llamamos “Clovis” por la punta de lanza descubierta en la ciudad de Clovis Nuevo México en los años 30. La memoria Comca’ac señala el largo trayecto que debieron recorrer a pie, y “los grandes hielos”, los cuales seguramente serían las últimas glaciaciones conocida como la “Era de Hielo” que se presentaron hasta hace 10,000 años.
También nos da una idea de la cantidad de personas que conformaban estos grupos indígenas, en el orden de miles, y tanto o más importante para fines de este documento, señala que por varios milenios… “Por miles en número y por milenios en el tiempo, cantamos, danzamos, hablamos, nacimos, morimos, sobrevivimos…
Ahora bien, hasta hace muy poco tiempo era conocido que los Clovis —como se les llamó— fueron los primeros pobladores del continente americano. A ellos pertenecen las puntas de lanzas encontradas mayormente en Norteamérica. Existía consenso que la última gran glaciación, conocida también como “La era de hielo”, habría impedido a los primeros humanos llegar a nuestro continente hasta muchos miles de años después. Sin embargo, el nivel de las aguas someras del estrecho de Bering bajó lo suficiente para que grupos de humanos —y otros animales seguramente— procedentes de Asia llegaran a través del mismo, justo donde se une la actual Rusia con Alaska. Tanto o más importante, usando probablemente como ruta la costa del Pacífico y no el centro del continente como se había pensado.
Sin embargo, recientemente han sido encontradas huellas de humanos que fueron fechadas mediante radiocarbono en 23,000-21,000 años, cuando había posiblemente más alimento en la caza de mamuts y mastodontes. Esto de acuerdo con lo publicado en la importante revista científica “Science” en septiembre 2021.
Es posible entonces que, si bien nuestros antepasados provienen de Asia, se tenga un origen mucho más temprano en los primeros poblamientos como podemos observar en los registros prehistóricos descubiertos en el parque nacional de “White Sands” en Nuevo México.
Por otro lado, ahora que la genética se ha unido como herramienta de investigación a la arqueología y paleontología, siendo “muy poderosa para estudiar patrones de migraciones y relaciones entre los pueblos”, como opinó el Dr. Martin Sikora a la revista “Scientific American”, podemos saber que “América fue el último continente en ser poblado por el ser humano, los avances en la genética están ayudando a comprender cómo ocurrió y quiénes fueron los primeros en poner pie allí”. “La paleogenética ha demostrado que la variedad genética de los pueblos originarios de las Américas proviene de la entrada inicial de una población humana reducida (entre 80 y 120 individuos) en algún momento hace 18,000 años o más por el Estrecho de Bering”, como también compartió a la revista “Scientific American” el antropólogo argentino José Luis Lanata.
Lo anterior va con todo respeto a mis queridos amigos de las etnias Tohono O’odham y particularmente la Comca’ac, sin pretender ser una exégesis o interpretación bíblica o científica de sus antiguas creencias, todo lo contrario. Va con el mayor respeto posible tratando de relacionar los miles de años de las etnias por estas tierras con los primeros poblamientos del continente americano antes descritos. Ello —me parece— le da aun mayor fuerza al argumento que es su territorio por derecho y no de los avaros invasores que vinieron de Europa en los últimos 500 años a despojarlos de las mismas; primero como españoles, luego como criollos y luego como mestizos mexicanos.
Cabe agregar que el documento vino como un “insight” al encontrarme frente a las montañas Catalina, en Arizona, el estado con mayor cantidad de reservaciones indígenas del suroeste de los Estados Unidos, entre ellos los O’odham, Navajos, Apaches, Pascua Yaqui, Paiutes, Havasupai, entre otras. Donde también, como en los territorios de las grandes etnias en el noroeste de México, el ambiente está impregnado de misticismo, espiritualidad y la pujanza que los caracteriza.
“LA GRAN HISTORIA ANTES DE ESTA HISTORIA”
Fragmento de “Los Comca’ac: Una historia narrativa” del Ing. Alberto Mellado Moreno
“En medio del oscuro y silencioso reposo de lo anterior a la existencia, el creador nuestro Hant Caai, lo empezó todo, la existencia misma y este mundo cuando nada existía. El inicio y el tiempo, que se pusieron en movimiento con su gran poder”.
“Creo la tierra, le dio el mar y sus animales. La tortuga le trajo granos de arena de las profundidades al creador de la tierra en sus aletas, y con esa misma arena “Hant Caai” hizo emerger los continentes”
“Creada la tierra puso las plantas y los animales, después del creador caminó por este mundo y le dio nombre a todo, creando nuestra lengua, regalo que a nadie mas le entregó. Después, Él nos hizo a nosotros, nacimos de la superficie de su propia piel, nos dio de comer la primera tortuga marina, pero también hizo a los gigantes colosales, y otros más grandes que nosotros. Vivimos los tres juntos sobre este suelo por un tiempo, nosotros fuimos similares en la lengua pero con diferente acento y algunas palabras un poco diferentes, nosotros éramos vulnerables ante ellos, pero alguna vez un poderoso niño nuestro venció a uno de los gigantes con la ayuda de los poderes sobrenaturales, pero con el tiempo los gigantes dejaron de existir mucho tiempo atrás, ahora son solo antepasados. Aquellos días de poderes y cosas extraordinarias, fueron alcanzados por el mar que los convirtió en historia, solo quedaron Cirios en el desierto, algunos aquí otros más allá del mar, muchos de aquella existencia están entre nosotros aún, en la forma de plantas, animales o cerros, mientras nosotros conseguimos seguir pisando esta tierra”.
“Nuestra propia y más antigua historia empieza caminando, venimos de muy lejos de donde no podemos recordar, hasta llegar hasta donde estamos hoy. Vimos los grandes hielos, que nuestra memoria convertida en voz, nunca olvidó. Nosotros caminamos dejando círculos de piedra a nuestro paso y seguimos la nube que nos guiaba, hasta encontrar el lugar correcto, aquí, donde nosotros y la nube convertimos en el corazón de un territorio, lo hicimos un hogar, también todo alrededor hacia el mar, y más allá de él, hacia el desierto mismo, en un espacio tan grande como naciones enteras, y en tiempos poderosos algunos nos convertimos en nuevos animales volviéndonos sagrados para nosotros mismos”.
“Así conquistamos al desierto, nos volvimos parte del desierto mismo, nos fundimos con el mar, con los vientos y la corrientes que nos hicieron sentir siempre que todo lo vivo está en movimiento, y que nosotros estamos vivos para movernos”.
“Fuimos nómadas en esta tierra caliente y seca, pero llena de vitalidad. El agua tan sagrada y tan escasa como todo lo verdaderamente importante en la vida, venida de los cielos, depositada sobre piedras, corriendo en los arroyos, naciendo de las arenas o rompiendo la piedra logrando lo imposible hasta encontrarnos, nos mantenía existentes. El cielo nos habló revelándonos algunos de sus secretos, las estrellas nos dijeron sus nombres y sus historias”.
“En cada rincón, los animales y cada planta nos dieron sus misterios, y nosotros le dimos nuestra vida, nuestras canciones, nuestra lengua, y las cuevas nacidas por la mirada del mismo creador nos entregaron el poder”
“Más allá de nosotros vimos a otros humanos pero de otras historias, de otras vidas, y en las fronteras invisibles de la tierra nuestra peleamos contra ellos, eran indios Pimas y Pápagos, en una guerra milenaria que se volvió parte de la existencia misma, pero no todos los días”.
“Así y aquí prosperamos, nuestros hijos poblaron este desierto, las islas, las costas, los ríos, montañas y hasta el otro lado del pequeño gran mar, hasta la otra tierra. Por generaciones la vida era esa, la que conocíamos, siempre en movimiento para recibir cada fruta, animal, agua, tortugas, y alimentos del mar. En su tiempo y lugar indicados, haciendo nuestra risa la que mas fuerte se escucha en el desierto y de nuestro llanto a los muertos el más desgarrador del mundo.
“Por miles en número y por milenios en el tiempo, cantamos, danzamos, hablamos, nacimos, morimos, sobrevivimos, nos entregamos al sol, nos mojamos en el mar, las plantas y espinas del desierto marcaron nuestro cuerpos, nuestros dedos pintaron nuestros rostros, nuestras manos hicieron de la tierra el barro para hacerlo ollas para llevar el agua al siguiente campamento, con el arco y las flechas cazamos animales llevando la carne a los nuestros, con el canto las corrientes y el mar nos llevaron mas allá de nuestras balsas, tejimos las canastas, con las piedras y nuestras manos hicimos alimento de vida de las semillas del fondo del mar y de las vainas en los brazos de los árboles de espinas, con los puños lanzamos arena a la luna cada vez que volvió a nacer , para profetizar para nosotros mismos lo mejor en el nuevo tiempo”.
“Las mujeres nos tatuamos nuestra historia en la barbilla, y todos nos perforamos la nariz poniéndonos aquellas hermosas piedras azules y palos de madera, vestimos elegantes ropajes de plumas y pieles, nunca construimos nada, ni casas ni monumentos, porque siempre nos movíamos, el mundo nos lo había dado todo, éramos parte de él, y en aquel lejano tiempo en verdad parecía que solamente la eternidad y nosotros nos encontrábamos en cada amanecer”.
“En el remoto pasado solo uno de nosotros miró el futuro en extrañas visiones. Vio la gran serpiente negra sobre el suelo llegar a nuestros campamentos. Vio las extrañas y fuertes máquinas que impulsarían las que parecían una nueva forma de balsas. Vio la llegada de animales que nunca habíamos visto, y se dio cuenta que cuando fuéramos muy ricos el final del tiempo llegaría, en ese entonces solo parecían extrañas alucinaciones, pero nunca las olvidamos”.
“Así un día algo en verdad fue distinto, un día extraño algo jamás visto sucedió, y ese día todos los tiempos anteriores se hicieron viejos, y empezamos una nueva historia para nosotros mismos”.
Fuentes:
- Mellado, Alberto., “LOS COMCAAC. UNA HISTORIA NARRATIVA”. LIBRO I, PRIMERA PARTE DE LA TRILOGÍA. Desde la llegada de los españoles a la independencia de México. pp. 31-33
- Tales of Terminal Pleistocene: Clovis in Northern Mexico and the First Mesoamericans (Sanchez&Carpenter 2021) in Preceramic Mesoamerica.
- Huellas en Nuevo México podrían ser los rastros más antiguos de humanos en las Américas. https://www.investigacionyciencia.es/noticias/huellas-en-nuevo-mxico-podran-ser-los-rastros-ms-antiguos-de-humanos-en-las-amricas-20345
- Evidence of humans in North America during the Last Glacial Maximum. https://www.science.org/doi/10.1126/science.abg7586
- Los genes ayudan a comprender cómo se pobló América. https://www.scientificamerican.com/espanol/noticias/los-genes-ayudan-a-comprender-como-se-poblo-america/
- Mary B. Moser y Stephen A. Marlett, Comcáac quih Yaza quih Hant Ihíip hac. Diccionario Seri – Español – Inglés Hermosillo, Universidad de Sonora/Plaza y Valdés, 2005. https://www.dimensionantropologica.inah.gob.mx/?p=395
- Así era el rostro de Eva de Naharon, el fósil humano más antiguo de América que fue hallado en México. https://www.bbc.com/mundo/noticias-45276702
- EVA DE NAHARON. https://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/eva-de-naharon