Aves del Mar de Cortés
Foto: M.C. Martín Bustillo-Ruiz
Por: M.C. Martín Bustillo Ruiz
La naturaleza, generosa con el Mar de Cortés en el área de Bahía de Kino, Sonora, nos regala la presencia de hermosos ejemplares de aves marinas que encontramos al realizar un recorrido.
Eventualmente nos aventuramos más allá de las olas, hasta donde cubre. Volteando a la playa, es muy agradable ver a los pelícanos pardos zambullirse por pescado. Los pelícanos nos sobrevuelan mostrando la gran envergadura de sus alas o bien planeando a un lado. Algunos peces sin identificar saltan fuera del agua, algunos rozándonos.
En esa ocasión nos encontramos de frente con un pato buzo (cormorán de doble cresta) quien solo viéndonos los ojos fuera del agua no reconoció ni advirtió peligro mientras graznaba a solo unos metros. Normalmente muy esquivos, son por definición grandes buceadores; por varios minutos persiguen bajo el agua a pequeños cardúmenes que se desplazan cerca de donde rompen las olas. Cuando estos se acompañan de sus crías crean una inmediata empatía hacia los mismos. Es común apreciarlos en la vieja rampa de Cerro Prieto. El cormorán “orejón” es el ave predominante en la isla Alcatraz y sus poblaciones se han incrementado en las últimas décadas en el golfo de California de acuerdo con la literatura.
Al meterse el sol, las tijeretas quienes usualmente vuelan muy alto y jamás se sumergen, volaron más bajo de lo usual acompañándonos a la rompiente donde nos recibió la vieja garza morena. Extrañamos al águila pescadora que tiene su nido en el poste de la avenida la cual lleva pescado a su polluelo.
PELÍCANOS
Al atardecer, el vuelo de los pelícanos “pardos” (Pelecanus occidentalis) es un espectáculo que nunca falta en Bahía de Kino. Siguiendo la línea de playa, los pelícanos invariablemente regresan al sur rumbo al estero de la Cruz. Su vuelo bajo en formación en línea o en ‘V’, con un líder que marca el batir de sus alas o planear al resto del grupo, es admirable. Aunque parece que lo hacen al unísono, en realidad lo van haciendo uno tras otro hasta llegar al último en la formación. Incluso sobrevuelan a ras del agua siguiendo las corrientes de aire, lo hacen todo el día en ambas direcciones.
Es común que los pelícanos, con tanta presencia como las mismas gaviotas en playas de Bahía de Kino, se alimenten muy cerca de la orilla donde encuentran cardúmenes de peces pequeños. Acostumbramos meternos al mar al atardecer. Nos adentramos hasta donde nos tapa el agua por media hora. Apenas sacamos la cabeza. Sucedió un día que el cardumen debió moverse en nuestra dirección y los pelícanos empezaron a lanzarse en picada en busca de los peces alrededor nuestro. Ninguno nos lastimó debemos aclarar, pero si pudimos vivir de cerca el frenesí por el alimento y observarlos detenidamente.
Destaca que los pelícanos, aves de gran envergadura de alas, toman un promedio de cinco metros de altura para lanzarse en picada en ángulos de 45-60 grados, sumergiéndose. Al atrapar los peces, con cuidado los acomodan dentro de la bolsa que cuelga de la parte inferior de su gran pico. Para ello drenan el agua con el pico hacia abajo unos segundos, y con un movimiento hacia atrás de su cabeza engullen la presa.
Cabe señalar que aves oportunistas como las gaviotas se les acercan “reclamándoles” guturalmente el alimento, e intentando robárselos sin mucho éxito, pero igual es parte del proceso observado. A los pelícanos les tiene sin cuidado la presencia humana si bien es cierto son desconfiados en tierra.
PLAYERO PIHUIUÍ
El ave conocida como “playero pihuiuí” (Tringa semipalmatus) es muy común en las playas de Kino. La hemos observado por años en nuestras caminatas. En temporada es relativamente fácil hacer avistamientos y fotografiarla, ya que pasa la mayor del tiempo en tierra, justo donde llegan las olas, alimentándose. Son huidizas y desconfiadas. Con sus largas patas, se mueven rápidamente o vuelan un trecho corto para posarse nuevamente fuera de alcance. Al extender sus alas para el vuelo se observa el color blanco por el cual se les conoce como “playero aliblanco”, sin embargo, aunque tienen su gracia, ciertamente son algo desgarbadas.
GARZA MORENA
Es frecuente avistar garzas morenas (Ardea herodia) en las playas de Kino, aunque en realidad se han reportado algunas otras especies de garzas en esta región como las garzas rojas (Egretta rufescens) y garza nocturna (Nyctanassa violacea). Los adultos pueden alcanzar más de un metro de altura. Para atrapar a sus presas las acechan sigilosamente desde la playa. Incluso se agazapan, agachándose y sumiendo su cabeza y cuello. Cuando las ven a su alcance, de un par de zancadas y con su pico las atrapan. Por lo regular se alimentan en horas de la tarde y por las mañanas.
CHARRÁN ELEGANTE
En las hermosas playas de Bahía de Kino, por las tardes también es posible observar las aves conocidas como “charranes elegantes” (Sterna elegans). Son organismos que se encuentran en las grandes islas del Golfo de California, área donde nos encontramos. Señalan las fuentes revisadas que estas tienen un sitio para reproducción en una pequeña isla llamada “Rasa” (por plana) ubicada entre las islas del Tiburón y Ángel de la Guarda, las dos más grandes del país, la segunda correspondiente al estado de Baja California. En dicho reducto protegido se estiman medio millón de aves en temporada de anidación, entre ellas los charranes.
Son de un tamaño similar a las gaviotas (mediano), pero como su nombre indica presentan un cuerpo estilizado y esbelto, plumaje muy blanco, una capucha negra y pico largo con el cual pescan. A diferencia de las gaviotas, que no pescan propiamente dicho, los charranes son muy hábiles para alimentarse de peces y zambullirse en la mar.
Desde muy lejos puede escucharse su “chirrido” (“karrek, karrek, karrek”). Prácticamente se hablan entre ellas. Por dicho “llamado” es relativamente fácil ubicarlas mientras se desplazan. Se les escucha mucho antes de pasar por donde nos encontramos. Ellas vuelan bajo, no como las “tijeretas” (Fregata magnificens) que vuelan en un estrato superior
Los charranes son aves blancas, muy bonitas, y acorde a estos tiempos traen una máscara negra y “cabellos despeinados”.
También es posible avistar otra especie de charrán, ave migratoria conocida como “charrán real” (Thalasseus maximus). Es muy distinguido, de mediano tamaño. La observo en pequeños grupos al atardecer alimentándose de pequeños peces en Bahía de Kino, a cierta distancia de la playa.
A diferencia del charrán elegante del cual antes he dado cuenta, observo a la distancia sus alas grisáceas, pero al igual que lo de su género presenta una máscara negra y las plumas del cráneo levantadas. Vuela a mediana altura, y cuando detecta sardina baja por ella atrapándola apenas bajo la superficie.
ÁGUILAS MARINAS
En Bahía de Kino y Punta Chueca es común observar en plena acción un ave de presa llamada en inglés “osprey” (águilas marinas se le conoce en español). Solo en el área de Bahía de Kino y Punta Chueca se tienen identificados más de 30 nidos, de acuerdo con el Doctor Ramón Barraza de la Universidad de Sonora. Al grado que la población ya está acostumbrada a ellas y ellas a los humanos. Incluso la Comisión Federal de Electricidad (CFE) les ha construido bases de madera en alto de los postes donde construyen sus enormes nidos de ramas. Viven en parejas y juntos crían a su polluelo a los cuales llevan constantemente de comer. Esta ocasión le tomó cuatro intentos levantar un pez de buen tamaño para cenar en familia. Cazan al amanecer y atardecer en la playa. Durante el día se les ve en sus nidos.
FREGATAS
Para cerrar el grupo de grandes aves del Golfo de California, hablaremos de un ave “que vuela muy alto”. Localmente la conocemos por el nombre vulgar de “tijereta”. Su nombre científico es Fregata magnificens. Se le conoce también como “rabihorcado”.
Vuela mucho más alto que el resto de las aves marinas. Las hembras son negras con pecho blanco. Su aparente vuelo desorganizado que sigue una espiral, aprovecha las corrientes de aire ascendentes para mantenerse en vuelo. Los machos -vistos de cerca- presentan un buche rojo.
Esta es un ave de gran envergadura en cuanto al tamaño de sus alas. Con un grande y fuerte pico curvo. Pero tiene la característica que debido a que sus alas no son impermeables, no puede zambullirse por pescado, si lo hiciera, al mojarse tendría tanto peso que no podría emprender nuevamente el vuelo. Jamás las he visto pescando.
Por lo anterior, se dice que “roba” la comida a otras aves, pero lo cierto es que no nos consta. Permanecen casi todo el tiempo en vuelo, siguiendo las corrientes de aire y planeando. Por las mañanas temprano sobrevuelan el cerro prieto y playa Estela, por las tardes vuelan en dirección sur. No como se observa a los pelícanos pardos, que vuelan en fila o en formación en ‘V’, muy disciplinados tras un líder que al batir sus alas el resto lo sigue, lo mismo al planear, subir o bajar de altura.
Da gusto observar las tijeretas diariamente. Se observa una población sana, creciente. Ocasionalmente he tenido alguna de ellas herida en la arena donde he podido observarlas detenidamente. Por cierto, lucen un tanto desgarbadas en corto.
Como rasgos característicos, el macho tiene un buche rosado a rojo en tiempo de apareamiento y la hembra parte del pecho blanco si bien se observan negro. Tienen además su cola bifurcada, lo que les permite un mejor desplazamiento cuando vuelan. Además, sus alas se observan “anguladas”, casi en pico.
Fuentes:
- www.audubon.org/es/guia-de-aves/ave/playero-pihuiui
- www.datazone.birdlife.org/site/factsheet/44547/text
- www.ebird.org/species/magfri
- www.ebird.org/species/osprey
- www.audubon.org/es/guia-de-aves/ave/pelicano-cafe