
Palma Jumeirah, la majestuosa isla artificial de Dubái que inspira el desarrollo turístico de Sonora

Por: Luis Fernando Heras Portillo
Desarrollador de negocios turísticos, comerciales e industriales.
Las bellezas naturales de un destino son capaces de atraer a miles de visitantes por sí solas. Quienes tenemos la fortuna de vivir en un lugar que destaca por su naturaleza única —como Sonora— conocemos el potencial que tenemos gracias a nuestra flora, fauna y clima, y qué tan lejos podríamos llevarnos. Pero si a esto le sumamos impresionantes obras de infraestructura turística, el alcance que tendría tanto nuestra entidad como el país es casi ilimitado.
Destinos en todo el mundo dan ejemplo de grandes edificaciones que son admirables por la creatividad e ingenio de su diseño, por la altura y extensión que rompe récords y por la manera en cómo inspiran a otras naciones a hacer lo mismo. Uno de los mejores ejemplos de esto es la famosa Palma Jumeirah de Dubái, en Emiratos Árabes Unidos, una isla artificial que podría inspirar la construcción de interesantes desarrollos turísticos en Sonora, particularmente en Puerto Peñasco y otras zonas del noroeste del estado.

La Palma Jumeirah es una isla artificial que se conecta a la ciudad de Dubái por medio de un tren monorriel que recorre una distancia de 1.4 kilómetros y transporta diariamente hasta 20 mil pasajeros. Desde las alturas, el sitio se asemeja a una palma datilera dentro de una media luna.

Los sectores que la conforman son: tronco, columna, frondas —que hacen referencia a las partes de la planta— y media luna. El tronco sirve como puente de entrada al desarrollo, y en él se sitúan algunas instalaciones comerciales, hoteles y apartamentos; la columna es un eje central del que sobresalen 17 frondas, en las que se ubican las villas residenciales. Finalmente, la media luna es un rompeolas de 11 kilómetros de longitud que protege a la palma y está dividida en tres secciones para facilitar la circulación del agua de mar. En ella se ubican la mayoría de los hoteles y centros turísticos.


Sorprendentemente, su construcción tomó solo 6 años y fue financiada, en gran parte, por los ingresos del petróleo de la ciudad. Inició en 2001 y en 2006 comenzó el desarrollo residencial y comercial. Tan solo un año después, en 2007, llegaron los primeros residentes y alrededor del 75% de las propiedades fueron entregadas a sus propietarios. Para 2011 ya contaba con 32 hoteles de lujo para albergar a más de 25,000 huéspedes, además de los 60,000 residentes de las villas de Palma Jumeirah, sumando un valor estimado de $30 mil millones de dólares.

Curiosamente, para su construcción no se utilizó acero ni concreto. Su estructura se conformó por 120 millones de metros cúbicos de arena que se obtuvo del fondo marino, además de 7 millones de toneladas de rocas provenientes de las montañas Al-Hayar, al este del país, para construir su base. Como dato interesante, se dice que la arena y rocas utilizadas en el desarrollo de Palma Jumeirah podría formar una pared de 2 metros de altura con una longitud que le podría dar la vuelta a la Tierra hasta tres veces.


Sobre su nombre, existe una teoría que indica que la palabra original en árabe es ‘Qumeirah’, que significa “reflejo de la luna en las rocas” o “piedras a la orilla del mar”. Sin embargo, Jumeirah es el nombre que se le da a muchas áreas nuevas de Dubái pues, históricamente, la palabra es asociada con el prestigio y el lujo.

Una ‘Palma Jumeirah’ sonorense
Después de conocer parte de la historia de la majestuosa Palma Jumeirah de Dubái, ¿imagina usted que podríamos tener una obra como esta en Sonora? Por supuesto que sí.
Como empresario y desarrollador turístico, estoy convencido de que, con tenacidad, imaginación, con ganas y mucho entusiasmo, podemos construir proyectos como este en Puerto Peñasco, en la Riviera del Mar de Cortés y en todo Sonora.

Nuestro estado tiene grandes bellezas que son muy desarrollables. Tenemos la capacidad y el potencial para construir hoteles, edificios de condominios, centros comerciales, hogares y atracciones para el disfrute de visitantes nacionales e internacionales. No olvidemos que tenemos junto a nosotros al mercado más grande del mundo en materia de consumo: Estados Unidos, particularmente Arizona, California, Nuevo México, Colorado, Utah y Nevada.
Es decir, tenemos un gran potencial, y lo más valioso: nuestras playas. Es importante aprovecharlas para hacer proyectos que generen oferta y demanda, que tengan sentido y que sean respetuosos con el medio ambiente.

En lo personal, visité recientemente la Palma Jumeirah en Dubái y fui testigo de lo magnífico que puede llegar a ser el trabajo del hombre cuando se planifica con visión a futuro. Siendo uno de los desarrollos turísticos más importantes del mundo, la Palma es un portento de ciencia y de tecnología.

Pero ¿por qué tener un desarrollo como este en Sonora? Porque son los que atraen inversiones, los que provocan que vengan personas de todo el mundo a visitarnos. Recordemos que, por ejemplo, Puerto Peñasco está a tan solo 100 kilómetros de la frontera con Estados Unidos; que tenemos 1,200 kilómetros de playa, y podemos hacer esfuerzos, quizás no de las dimensiones de la infraestructura de Dubái, pero sí aprovechando nuestros recursos. Nosotros tenemos playas, tenemos el Mar de Cortés y tenemos a los clientes, al mercado más poderoso del mundo junto a Sonora, y estoy seguro de que podemos lograr proyectos de esta naturaleza.
Eso es en lo que tenemos que trabajar la iniciativa privada en conjunto con el Gobierno del Estado de Sonora, con los gobiernos municipales y con el Gobierno Federal. Se trata de que le vaya bien a México y a Sonora, y creo que estamos obligados a hacer el mejor de nuestros esfuerzos por el bien de las futuras generaciones.
En esta ocasión quise compartir con usted esta experiencia. Es una emoción que le da sentido a lo que uno está haciendo a diario: trabajar, generar ideas, buscar inversionistas, invitarlos y convencerlos, porque sé que tenemos el potencial y, sobre todo, la calidad humana de los sonorenses.
Créame, no es un sueño que surgió porque a su amigo Luis Fernando Heras Portillo se le ocurrió. En realidad, es porque así es la vida, este es el mundo real, esta es la Palmera Jumeirah creada con inteligencia, esfuerzo y gran visión. Por lo que, reitero, estoy convencido de que en Sonora podemos lograrlo.
Con información de Gulf News, Bayut y Britannica