Cueva de los Cristales de Naica, tesoro escondido en Chihuahua
Sin duda México es ‘mágico’ y sus maravillas naturales continúan sorprendiendo a chicos y grandes, nacionales y extranjeros, sin importar el paso de los años.
Una de ellas es la Mina de Naica, ubicada en el municipio de Saucillo, Chihuahua. Debajo de la tierra, a 300 metros, la mina alberga lo que podría ser un escenario de ciencia ficción: increíbles cuevas cubiertas de cristales.
La primera veta de la Mina de Naica fue descubierta en 1974 por los mineros Alejo Hernández, Vicente Ruiz y Pedro Ramos. Conforme avanzó la actividad minera en el estado, posteriormente fue encontrada la gruta de Naica, también conocida como la Cueva de los Cristales.
Desde su hallazgo, la cueva ha maravillado a miles de personas, pues se trata de enormes cristales de selenita -o “piedra de la luna” -que miden entre cinco y siete metros de longitud con un diámetro de casi dos metros, que han crecido durante miles de años.
Por este motivo se ha buscado que la Cueva de los Cristales sea declarada Patrimonio Mundial de la Unesco con la intención de proteger el mineral para generaciones futuras, pero hasta la fecha esto no se ha logrado.
Sin embargo, a pesar de lo inusual y sorprendente que resulta el lugar, la Cueva de los Cristales no ha sido estudiada tanto como se quisiera. Esto debido a que en el interior de la cueva se presentan altas temperaturas que pueden alcanzar los 60°C y una humedad de entre el 90 y 100%, todo esto provocado por un campo magmático ubicado kilómetros debajo de la mina. Por lo tanto, tampoco está abierta al público general.
En 2008, el cristalógrafo español Juan Manuel García Ruiz visitó la Cueva de los Cristales y, en un relato para El País, confesó que “A veces el aire te quemaba tanto –no sólo las fosas nasales y la garganta, sino el interior del cuerpo–, que nos obligaba a huir de inmediato de ese horno. Por eso, cada vez que entrábamos, uno de nosotros se quedaba fuera cronometrando el tiempo y avisando cada ocho minutos para que los que estaban dentro abandonaran la cueva”.
No obstante, entre los hallazgos que se han encontrado sobre este lugar destacan las hipótesis con respecto a la formación de los cristales. En primera instancia, se calcula que las estructuras se originaron hace 500 mil millones de años, aunque otros expertos aseguran que fue hace 30 millones de años.
Debido a las condiciones de temperatura y humedad de la cueva, la gran cantidad de anhidrita, que tienen las rocas, se transformó en yeso y éste se fue cristalizando lentamente hasta que se convirtió en selenita. Esta acción ha sido repetida por años, permitiendo el incremento del tamaño de las columnas de cristal.
Además, otro descubrimiento es el de la doctora Penélope Boston de la NASA, quien consiguió aislar y revivir a los microbios que se mantenían inactivos, llegando a la conclusión de que dichos organismos poseían entre 10,000 y 50,000 años de antigüedad, encontrándose entre ellos algunos microbios nunca antes vistos.
Con información de Travesías Digital, Visita Chihuahua y México Desconocido