San Juan de Parangaricutiro, el pueblo mexicano sepultado por un volcán
Seguro muchos en su juventud escucharon hablar de la historia de Pompeya, la antigua ciudad romana que fue enterrada después de la feroz erupción del volcán Vesubio en el año 79 d.C. Aunque esto sucedió hace siglos y en un lugar lejano, esto no significa que no pueda volver a ocurrir . De hecho, algo muy similar ocurrió en México en la primera mitad del siglo XX.
Sucedió en San Juan de Parangaricutiro, Michoacán, en 1943, cuando un desastre natural de gran escala dejaría al pueblo entero sepultado bajo la lava del volcán más joven de América: el Paricutín. No solamente destruyó a San Juan sino también hizo lo mismo con un pueblo contiguo llamado El Paracutín.
Este último desapareció por completo después de la erupción del volcán. Sin embargo, de San Juan solo sobrevive un templo, cuyas ruinas se divisan desde las alturas, y que hoy en día es un sitio atractivo para cientos de turistas que se maravillan con el paisaje y el encanto del pueblo fantasma.
En 2019, Francisco Lázaro, de 95 años y uno de los pocos testigos del suceso que sobreviven, concedió una entrevista al diario EFE para narrar el nacimiento del volcán.
Recordó que aproximadamente un mes antes de la erupción, se registraron varios terremotos que ocasionaron una grieta en la tierra que siguió creciendo durante dos o tres días más. Finalmente, la tarde del 20 de febrero de 1943, el terreno comenzó a elevarse a una altura de 424 metros, su altura actual.
El hombre, de entonces 18 años, explicó que lo único que los habitantes vieron fue ceniza, y que no escucharon ninguna clase de ruido. Según recuerda, a las 9:00 p.m. del mismo día el volcán ya mostraba su intensa actividad. “Ya tronaba, aventaba viento, lumbre”, dijo.
“Por eso corrió la gente, por susto. Ni cerraron las casas, nomás agarraron lo que vieron”, refirió.
Nueve días después de que el volcán naciera, hizo erupción para finalmente sepultar a San Juan Parangaricutiro y El Paricutín. De acuerdo con un estudio de la UNAM, el volcán hizo erupción el 20 de febrero de 1943 y terminó su actividad el 4 de marzo de 1952, es decir, vertió su lava durante 9 años sobre los pueblos, cubriendo un área de 40 kilómetros.
Aunque la historia se compara con la de Pompeya, afortunadamente en San Juan Parangaricutiro no hubo fallecidos, pues la gran mayoría de los habitantes lograron escapar a la ex hacienda Los Conejos, lugar donde reconstruyeron sus vidas, conformando un nuevo municipio que ahora es conocido como Nuevo San Juan Parangaricutiro.
Pero si deseas conocer de cerca las ruinas de San Juan Parangaricutiro y el enorme mar de lava solidificada, puedes hacerlo desde Uruapan viajando 15 km al oeste para llegar a Nuevo San Juan Parangaricutiro. Después, debes viajar al norte 10 km por la carretera hasta encontrarte con la bifurcación “La Y Griega” donde puedes elegir dos opciones: el acceso por las ruinas (norte) donde llegarás a la Antigua Iglesia; o el acceso por el bosque al pie del volcán (suroeste) donde llegarás a volcán Paricutín.
Con información de EFE, MX City y Nomad-As