
Respirar profundamente nos ayuda a concentrarnos y a mantener el cerebro joven, afirma estudio
Ante situaciones difíciles, muchas personas han descubierto que respirar lenta y profundamente les ayuda a calmar la sensación de estrés, pero ahora la ciencia confirma que estas técnicas de respiración, además de relajarnos, mejoran también nuestra capacidad de concentración.
Un estudio realizado por investigadores del Instituto de Neurociencia y Salud Cerebral del Trinity College, en Irlanda, comprobó que la respiración profunda realizada en conjunto con técnicas de atención plena o meditación estimulan la liberación de una sustancia química producida por nuestro cerebro llamada noradrenalina, que mejora nuestra capacidad de concentración y ayuda a mantener nuestro cerebro “joven” al estimular el desarrollo de nuevas conexiones entre las células.
Las prácticas mencionadas por el estudio pueden variar en su objetivo y beneficios. Las prácticas que se centran en la respiración o en la meditación (sentir las sensaciones de la respiración en el cuerpo) tienden a ser de gran beneficio para las personas que se distraen con facilidad.
Por otra parte, las prácticas que implican controlar la respiración funcionan bien para las personas cuyos niveles de ánimo tienden a ser demasiado altos o demasiado bajos, ayudando a generar sensaciones de somnolencia o energía, dependiendo del caso.
Los resultados del estudio sugieren que la noradrenalina es alterada por la respiración. Esta sustancia se produce en una parte del cerebro llamada locus coeruleus y se libera cuando nos sentimos concentrados, emocionados o cuando hacemos ejercicio.
Cuando tenemos poca noradrenalina, nos sentimos lentos y desmotivados, pero cuando tenemos demasiada, nuestra actividad cerebral es tan alta que nos impide concentrarnos. El objetivo es encontrar un equilibrio donde podamos pensar con claridad pero que nuestras emociones sean estables.
“El estudio demuestra que a medida que se inhala, la actividad del locus coeruleus aumenta ligeramente, y cuando exhalamos, disminuye. En pocas palabras, significa que nuestra atención está influenciada por nuestra respiración”, explicó Michael Melnychuk, autor principal del estudio.
“Es posible que al enfocarte y regular tu respiración puedas optimizar tu nivel de atención”, añadió.
El estudio completo fue publicado en la revista Psychophysiology y puede consultarse en el siguiente enlace: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/psyp.13091
Vía Study Finds por Jamie Scully.