“Descubrimiento” y “conquista” de México, la historia que cuenta el vencedor
Recientemente, distintos historiadores nacionales nos han regalado con una acalorada discusión y una virtual recreación de lo acontecido (de acuerdo con sus fuentes) con los eventos relacionados a los 500 años de la “conquista” de Tenochtitlán, de lo que sería llamado posteriormente, y durante 300 años de dominación, esclavitud y sometimiento, la Nueva España, esto hasta el resurgimiento de un México independiente para 1810.
Nunca como hasta ahora se había cuestionado tan profundamente la historia oficial, la que se enseñaba en primaria y secundaria sobre dichos sucesos de nuestro pasado nacional durante el período post-colombino, coyuntura a la cual se atribuye en primera instancia el “descubrimiento” de América.
Los libros de texto de ese tiempo, visto en retrospectiva, pueden parecernos ahora como si hubiesen sido editados en la que –cariñosa y nostálgicamente- llamamos la “Madre Patria”, España, la cual por cierto estuvo bajo dominación sarracena-musulmana por ocho largos siglos. Parecería entonces que padecíamos del síndrome de Estocolmo. Las nuevas generaciones de españoles post franquistas, nada tienen que ver con ello ni tendrían que pedir perdón de nada.
Tanto la palabra “conquista” como “descubrimiento” están siendo seriamente cuestionadas por distintos actores de la vida nacional que justifican como conquista (una palabra que dignifica una acción deplorable) lo que en realidad fue una invasión a tierras americanas con la connotación negativa que esta conlleva, y cuyo propósito principal era allegarse de los tesoros y bienes nacionales con mano de obra esclava.
Utilizando la palabra descubrimiento, creando la percepción de que las grandes culturas mesoamericanas estaban ocultas, por el hecho de que los europeos desconocían la existencia de un gran continente americano situado entre las Indias (continente asiático a donde buscaban comerciar con especias) y el continente europeo.
Ciertamente el famoso navegante genovés, contratado y financiado por los reyes de España, se llevó una gran sorpresa. Pero lejos de ser un descubrimiento propiamente dicho, fue si acaso una gran revelación al desconocimiento que tenían los europeos sobre estas tierras americanas; si bien es cierto que a través de la llamada ruta de la seda, exploradores como Marco Polo, también italiano, habían llegado por tierra hasta las Indias (China) a través del continente asiático, la cual trataban ahora de alcanzar por barco, una vez divulgado y aceptado el conocimiento previo de que la tierra no era plana sino esférica, otro gran descubrimiento científico, pero de muchos siglos antes, no del Medievo como se pensaba.
Un creencia errónea tan grande como cuando la Iglesia romana defendía la teoría Ptolemaica de que el sol y los astros giraban en torno a la tierra (la tierra como centro del universo) y no al contrario, lo que le valió a Galileo Galilei, conocido como Padre de la Ciencia y defensor de las teorías de Copérnico, ser amenazado con recibir el castigo de la inquisición hasta recular públicamente contra su propio trabajo defendiendo la teoría heliocéntrica de Copérnico, y mascullar la frase que a este genio de la época se le atribuye: “Eppur si muove” (“Y sin embargo, se mueve”) para salvar su integridad física.
América, el Nuevo Mundo, presentaba diferencias abismales a la civilización medieval europea de ese tiempo, ciertamente, pero estaba muy avanzada en cuestiones tan importantes como las matemáticas, la ingeniería civil (construcción) y astronomía, como con los mayas y aztecas.
Para muestra, la gran cantidad de centros ceremoniales y pirámides ubicadas respecto a fenómenos astronómicos como los eclipses, equinoccios y solsticios con una gran precisión, tanto en México como Guatemala, esta última también cuna de la magnificente civilización maya, a quienes si bien no se les atribuye la invención del cero sino a la India, uno de los mayores avances en la historia de las matemáticas, ya lo utilizaban en sus cálculos precolombinos, que debieron tener necesariamente a efecto de elaborar sus extraordinarios cálculos en astronomía y calendarios.
Por otro lado, dichos historiadores también han expuesto que los españoles, quienes contaban con una muy reducida tropa, fusiles y caballos, difícilmente habrían logrado imponerse a Tenochtitlán y a los poderosos guerreros aztecas por sí mismos, de no haber sido por otras culturas de ese tiempo como los tlaxcaltecas, totonacas y otros pueblos vasallos y sometidos por los aztecas a quienes les pagaban tributo, siendo incluso ellos los prisioneros a quienes sacrificaban en los rituales aztecas que llevaban a cabo, que hasta la fecha no han sido negados y razón por lo cual se les ha estigmatizado en parte, pero sin comprender a cabalidad sus usos y costumbres.
A los pueblos tlaxcalteca y totonaca, descontextualizados y en una acción premeditada, se les minimizó a tal grado que los libros de texto lo resumían simplemente como un acto de traición de la Malinche (la intérprete tlaxcalteca de la cual se valieron los invasores españoles) y si acaso de su pueblo.
Pero pudo ser todo lo contrario, sería el pueblo tlaxcalteca y otros pueblos vasallos de los aztecas sometidos como los Totonacas, quienes hartos de la dominación azteca, los cuales nos han vendido como crueles y sanguinarios dado sus costumbres y sacrificios y quienes, viendo una coyuntura a favor, se levantaron en armas y en contra de los aztecas derrotándolos, marcando desafortunadamente para todos los pueblos indígenas el inicio de la colonia española. La imposición de la cultura occidental por los invasores explica el hecho de que conozcamos la historia como hasta ahora, retorcida a favor del invasor.
Tampoco ayudó mucho a los otrora poderosos señores aztecas la aparente falta de liderazgo de sus tlatoanis al no detener a los invasores. A quienes por cierto nos han inculcado en las escuelas que se vendieron por espejitos y cuentas, creyéndolos también dioses por su barbas y cabelleras rubias, además de por sus caballos desconocidos hasta entonces en América e introducidos por Colón en el siglo XV.
Si acaso dicha creencia la habría tenido el propio emperador Moctezuma Xocoyotzin de que la visita de Cortés se trataba de Quetzalcóatl, más no el orgulloso y poderoso pueblo mexica quienes por el contrario habrían protestado. Nada pues más fuera de la realidad, no eran ingenuos como nos lo hacían ver; en todo caso se intentaron métodos diplomáticos antes que la confrontación, pero eso marcaría su fin.
El trasfondo aparente de la “conquista” española, mi propia hipótesis, son los reacomodos de los distintos grupos mexicas, tlaxcaltecas y totonacas en la estructura de poder en estas tierras mesoamericanas y que, por el contrario, hasta se valieron de los españoles para equilibrar fuerzas y combatir el poderío azteca.
Al final del día, la principal arma de los invasores no fueron sus mosquetes sino las enfermedades que con ellos transportaron al Nuevo Mundo como el sarampión y la viruela, para los que el sistema inmunológico de los americanos no estaba preparado, diezmándolos a un pequeño porcentaje de la población indígena precolombina calculada en varios millones.
Vale hacer mención que los aztecas, lejos de ser el pueblo primitivo y sanguinario que nos han llevado a pensar, fueron grandes constructores tanto de pirámides (Teotihuacán) apenas comparables con las egipcias, y de sus calzadas, de las cuales en la Ciudad de México atinadamente se ha conservado su nombre.
Así también los canales de navegación del lago que servía como protección a sus centros ceremoniales de otras culturas contrarias a los aztecas debido a sus propios afanes de dominación. En dichos canales, de los cuales hoy solo queda parte de ellos en Xochimilco, fue donde se implementaron innovadores métodos de cultivo tan trascendentales como los sistemas artificiales conocidos como chinampas donde cultivaron maíz y hortalizas. Una aportación al mundo de la mayor relevancia para su tiempo.
A través de los últimos milenios, las distintas facciones que han logrado acceder al poder del estado, llámese babilonios, griegos, romanos, franceses, indios y chinos, incluyendo las naciones mesoamericanas de los últimos tiempos, son proclives a manipular la historia y ponerla al servicio de distintas ideologías políticas, quizás por nuestra condición humana. Más eso no debe suceder, evitando sucumbir ante la tentación de hacerlo. Galileo Galilei, quien en la Edad Media implementó el método científico, fue la coyuntura para separar ciencia de religión desde entonces. Donde la primera no debe estar supeditada a la segunda.
La historia debe apegarse estrictamente a los hechos y no manipular las interpretaciones de la misma. Es por ello que durante siglos se manejaron versiones incorrectas de distintos fenómenos geográficos o astronómicos como la teoría heliocéntrica y muchos otros.
Es también la razón de que todavía hasta principios del siglo pasado, se enseñara en libros de texto de primeros grados que en la Edad Media aún creían que la tierra era plana, cuando mucho antes de eso había quedado descartada esa idea, ante el hecho de la esfericidad del globo terráqueo, lo que llevó a Colón a realizar su travesía en las tres carabelas.
500 años después, henos aquí, mestizos, una mezcla de razas 45% europea, 45% indígena y 10% otras razas como orientales y africanos de acuerdo con estudios del genoma de distintos grupos de mexicanos.
Fuentes consultadas:
- La caída de Tenochtitlán, el hecho que marcó el inicio de la Colonia. https://www.admagazine.com/cultura/la-caida-de-tenochtitlan-el-hecho-que-marco-el-inicio-de-la-colonia-espanola-20201112-7682-articulos.html
- Cómo los mayas crearon el cero. https://aprende.guatemala.com/cultura-guatemalteca/general/como-mayas-crearon-el-cero/
- “El genoma del mexicano registra un mayor componente asiático” https://www.cronica.com.mx/notas/2006/268066.html
- Galileo Galilei. https://blogs.ua.es/galileogalileo/2011/06/06/la-gran-influencia-de-galileo-nicolas-copernico/
- Los estudios genéticos certifican el alma mestiza de los mexicanos. https://www.abc.es/cultura/abci-estudios-geneticos-certifican-alma-mestiza-mexicanos-201903310040_noticia.html.
- El síndrome de Estocolmo: una revisión sistemática. https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1130-52742018000200081
- Breve biografía de Galileo Galilei. http://museovirtual.csic.es/salas/magnetismo/biografias/galileo.htm
- ‘E pur si muove’. https://elpais.com/internacional/2009/07/28/actualidad/1248732015_850215.html
- Así nació el cero, el número que multiplicó el poder de las matemáticas. https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/matematicas/asi-nacio-el-cero-el-numero-que-multiplico-el-poder-de-las-matematicas/
- La ruta de Cortés, los Totonacas: https://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/la-ruta-de-cortes-los-totonacas
- Aztecas. https://historia.nationalgeographic.com.es/temas/aztecas