¿Cuál es el origen de los bastoncitos de caramelo navideños?
La Navidad es la celebración favorita de muchos, tanto por la unión familiar y el amor, como por los deliciosos platillos, postres y dulces exclusivos de esta temporada.
Entre los más conocidos se encuentran los bastones de caramelo, de curiosa forma e inolvidable sabor. De hecho, es común observarlos no solo como dulce sino como decoración en arbolitos, guirnaldas, pasteles, así como también impresos en diseños de manteles, ropa y juguetes. Pero, ¿cuál es su origen?
Por su popularidad en el occidente, muchos creen que fueron creados en Estados Unidos, pero lo cierto es que su origen se remonta a la Europa del siglo XVIII. Su forma tradicional es un bastón de caramelo duro color blanco decorado con líneas rojas en espiral y sabor a menta dulce.
Aunque existen muchos mitos y creencias sobre cómo surgieron y qué representan, al día de hoy no está muy claro cómo apareció el dulce navideño.
Una de las creencias está ligada al cristianismo. Se dice que el color blanco representa la pureza de María la Virgen y el rojo la sangre de Jesucristo. El caramelo lleva tres líneas rojas que representan también la Santísima Trinidad, mientras que su forma es en realidad una ‘J’ invertida que simboliza tanto la inicial de Jesús como la vara del Pastor.
Otra de las leyendas más populares del bastón navideño se sitúa en la catedral de la ciudad de Colonia (Köln), Alemania. Se dice que en el siglo XVIII, el maestro del coro pidió a un pastelero que realizara dulces para regalar a los niños durante la Navidad. Para justificar la elaboración de los dulces, el maestro pidió que fueran en forma de bastón para recordar a los niños pastores que visitaron al Niño Jesús al nacer, o bien, para simbolizar a Cristo como el Buen Pastor.
A pesar de las diferencias en los orígenes, lo que parece que sí es claro es que fueron creados en Europa Central durante el siglo XVIII, y probablemente llegaron a Estados Unidos mediante la inmigración. Sin embargo, no fue hasta finales del siglo XIX que el bastón navideño fue asociado con las festividades de diciembre.
Un dato curioso es que este caramelo debía ser doblado de forma manual cuando aún estaba en caliente para darle la forma de bastón, lo que hacía que su fabricación fuera más lenta. Pero fue precisamente un sacerdote católico, Gregory Harding Keller, quien inventó una máquina que bautizó con su nombre para poder automatizar el proceso de dar a los caramelos su característico aspecto de bastón.
Vía Directo al Paladar.