
La isla del Tiburón, la más grande de México, guarda historia y riquezas naturales únicas
Al fondo, la isla del Tiburón desde la costa continental. Foto: Martín Bustillo Ruiz
Ubicada frente a Bahía de Kino, municipio de Hermosillo, Sonora, es habitada por sus propietarios: integrantes de la etnia Comca’ac

Por: M.C. Martín Bustillo Ruiz
La isla del Tiburón no solo es la más grande por su extensión, sino por su importancia histórica, anímica y espiritual para una de las civilizaciones más longevas de esas regiones del noroeste mexicano, la etnia Comca’ac. Estos individuos, grandes pescadores, cazadores y recolectores, han vivido en las grandes islas del Golfo de California por algunos cientos de años.
El gobierno mexicano, si bien concedió su propiedad a los Comca’ac, dejó desde entonces uno de los puestos militares en «Cabo Tormenta» donde para acceder al interior de la isla llegando desde Punta Chueca, debes registrarte en la bitácora e ir acompañado de miembros de la etnia. Cabe señalar que existe alguna molestia de parte de la etnia a ese respecto, si bien no he podido visualizar una afectación directa por su presencia. Por su parte, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) desarrolla anualmente programas de monitoreo de flora y fauna con miembros de la misma etnia Comca’ac.
Pese a que para William Neil Smith (“Seri Bill”) su reclamo ante el otrora poderoso secretario de gobernación mexicano Luis Echeverría Álvarez, fue definitorio para no regresar a México, todo hace pensar que caló hondo en el alto funcionario. De tal suerte que en tiempos de su presidencia en los 70s fueran entregadas más de 91 mil hectáreas en dotación ejidal, que es lo que da sustento jurídico a la propiedad de la población Comca’ac.
Así también, Luis Echeverría señaló mediante decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación a mediados de los 70s, el Canal del Infiernillo y alrededores de la Isla del Tiburón como un área exclusiva de pesca para evitar la extinción de la etnia y para su sobrevivencia. Posiblemente una de las primeras concesiones o polígonos de pesca de nuestro país. Adicionalmente, señala que la Sociedad Cooperativa Seri sería quien explotaría las pesquerías, así también el pueblo Comca’ac.
Por sus peculiares características topográficas aptas para la cacería, la isla pasó de ser una zona de uso exclusivo para los militares, a una UMA (Unidad de Manejo y Aprovechamiento Sustentable) donde actualmente se realiza turismo cinegético. Esta actividad, durante tres meses cada año, permite ingresar una cantidad de recursos tal, por la venta de cintillos de caza, que coadyuva en el mantenimiento de la población a lo largo de todo el año, para los gastos que deben afrontar administrados por el presidente de bienes comunales y el gobernador tradicional, siendo muchas veces la misma persona quien ostenta ambos cargos.

Una buena parte de la población Comca’ac, hombres jóvenes principalmente, en alguna etapa de su vida participan en la actividad cinegética como guías de los cazadores, en su mayoría extranjeros. Estos han conservado excelentes habilidades para rastrear los animales desde sus ancestros ya que de ello dependía su sobrevivencia, animales que dicho sea de paso no siempre resulta fácil ubicarlos. La isla es la más grande de México, con cerca de 50 km de longitud y sierras escarpadas de más de mil metros de altura. Con cañadas y cañones donde se refugian los animales, y una serranía donde por su pelaje se mimetizan.
Los cazadores buscan siempre un gran trofeo de caza. Esto sucede desde mediados de otoño y en el invierno. Pueden pasar hasta dos semanas sin disparar a los borregos.
La isla es una de las pocas del Golfo de California que cuentan con “ojos de agua” que es donde los animales beben el vital líquido, y los cuales los guías tienen muy bien localizados. Dichos veneros son muchas veces los sitios de encuentro con la presa. Deben armarse de mucha paciencia tanto los guías como los cazadores para esperar un macho adulto que por el tamaño de su cornamenta represente un trofeo de caza. Igual los guías ubican muy bien los senderos de los animales cuando se mueven por la isla, o bajan a buscar sal o ciertas plantas de su agrado.
Los extranjeros llegan a pagar importantes cantidades de dinero a las compañías que promueven la cacería en la isla, siendo solo una parte de los recursos los que llegan a la etnia. Existe una inconformidad a ese respecto, pero no me queda muy claro el manejo. Suele suceder que, como en la actividad pesquera, al requerirse intermediarios para comercializar los productos o servicios, la parte que corresponde a los mismos merma los ingresos netos de los productores, o de los administradores de la UMA en este particular.
En todo caso, los Comca’ac tendrían la opción de promover ellos mismos la cacería cinegética en el extranjero, donde existe un mercado élite de cazadores que están dispuestos a pagar muy bien y ser atendidos por los connotados guías nativos. Estos últimos, por su parte, se llevan una recompensa o pago por sus servicios en la cacería, incluyendo la atención y preparación de alimentos.
Cabe señalar que la autoridad mexicana, en acuerdo con la presidencia de bienes comunales y colaboradores, en función a la población de borregos o venado bura que son las piezas de caza más buscadas, determinan el número de “cintillos” de caza a vender por temporada. En el caso del borrego cimarrón difícilmente sobrepasa la media decena.

En lo personal, he podido constatar la existencia del borrego cimarrón en la isla, quienes nos observaban desde las partes más altas con la gran facilidad que tienen para escalar rápidamente los riscos y partes escarpadas de la montaña. Siempre observando y olfateando lo que pudiera representar una amenaza para poner distancia de por medio.
También constaté la gran abundancia de venado bura, mismo que la fecha sirve en parte en la alimentación de la etnia. Estos venados cruzan a nado el canal del infiernillo hacia el territorio Comca’ac en ocasiones, o viceversa. Los jóvenes cuentan desde muy pequeños con el acceso a las armas largas siendo muy diestros en las habilidades requeridas en la cacería y muy certeros en ello. Esto último también tendría que ver con la defensa del territorio para lo cual siempre estarían preparados. Es por ello que, dentro de las autoridades Comca’ac, cuentan con una guardia tradicional bien uniformada y apertrechada dirigida por un dedicado comandante.
En la actualidad en la Isla del Tiburón también confluyen monitoreos biológicos autorizados y financiados desde la Comisión Nacional de las Áreas Naturales Protegidas (CONANP).
Esta dependencia cuenta con servicios pagados a un importante grupo de jóvenes Comca’ac, entrenados y equipados con cuatrimotos y equipo de comunicación, quienes rastrean distintas especies tanto animales como vegetales de la isla. Han llegado a encontrar, incluso, enfermedades que pueden diezmar poblaciones enteras de especies endémicas (que solo se encuentran en esta isla) como una especie de liebre con una infección viral. Así también, se trabaja en el control de otras especies introducidas que puedan afectar el delicado equilibrio de las poblaciones y ecosistemas de la Isla.

Dada la habilidad de los pescadores Comca’ac, estos han cruzado vehículos tipo pickup a la isla en los cuales se mueven también los grupos de trabajo. Por supuesto, ya se cuentan con algunos senderos para el tránsito de los mismos. Es una verdadera proeza y osadía montar un vehículo de dos toneladas en forma transversal sobre dos embarcaciones unidas y avanzar 800 metros a través del Canal del Infiernillo con fuertes corrientes.
Otros visitantes esporádicos de la Isla del Tiburón son los antropólogos nacionales y extranjeros que estudian los asentamientos de los antiguos pobladores nómadas de la isla en la búsqueda de la evidencia de actividad antropogénica, es el caso de David Burckhalter, quien tiene programada una visita a la isla del Tiburón en su parte occidental este diciembre 2020 (comunicación personal Richard S. White).
Por supuesto, en la isla del Tiburón subsiste una autoridad federal presente todo el tiempo que corresponde a la Marina Armada de México. Estos cuentan con un destacamento en “cabo Tormenta” a solo 800 metros de Punta Chueca con algunos efectivos que llevan el control de quienes desembarcan en la isla.
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Breves financieras 9 de diciembre de 2020 por Luis Fernando Heras Portillo – Sonora Star
Feb 4, 2021[…] La isla del Tiburón, la más grande de México, guarda historia y riquezas naturales únicas Tags: breves financieras Luis Fernando Heras Portillo […]