
¿Por qué el aroma del café nos pone de buen humor?
Se ha demostrado durante mucho tiempo que los placeres del café van más allá de su función como estimulante social y mental. Por ejemplo, sus propiedades antiinflamatorias pueden contribuir a una mayor longevidad y también pueden reducir el riesgo de padecer diabetes tipo 2. La mayoría de estos beneficios generalmente se le atribuyen a la ingesta. Pero, ¿qué beneficios nos trae el aroma del café?
Aunque no existe base científica para afirmar que los olores por sí mismos generen tranquilidad, euforia o excitación, las sensaciones que percibimos al oler un determinado aroma están condicionadas por nuestras vivencias.
Pero además de las experiencias personales y su relación con los olores, algunos aromas pueden provocar reacciones fisiológicas. Por ejemplo, un alimento en mal estado desprende un olor que el organismo rechaza de forma inmediata, y nos puede producir reacciones físicas, como el vómito.
El sentido del olfato actúa como una señal de alerta y transmite al cerebro si se trata de un producto beneficioso o perjudicial para el organismo. En el caso del café, este tiene una serie de compuestos que normalmente resultan agradables a todas las personas.
El café contiene antioxidantes como flavonoides, ácido tánico, eugenol, ácido clorogénico, gamma-tocoferol y escopoletina. Los antioxidantes tienen numerosas ventajas para la salud. Pueden proteger nuestro cuerpo de daños oxidativos como artritis, diabetes, cáncer, trastornos degenerativos e incluso envejecimiento. Una taza de café también puede mantenerte motivado y darte una sensación de logro.
El aroma del café es complejo. Se sabe que los compuestos presentes en esta bebida influyen en su esencia y sabor. Su olor ‘golpea’ nuestros receptores de aroma y esto desencadena recuerdos y sentimientos relacionados con él. No es de extrañarse que con tan solo olerlo, nos despierta de nuestro sueño.
La cafeína afecta nuestro cerebro y tiene diversos efectos psicológicos. Influye en los neurotransmisores, que incluyen la dopamina, noradrenalina y acetilcolina. Estos afectan nuestra mente y estado de ánimo. Algunas personas afirman que el café los relaja, a otros incluso alivia los dolores de cabeza.
Pero el aroma del café recién hecho también despierta a los sentidos incluso sin la necesidad de consumirlo. Un estudio publicado en el Journal of Environmental Psychology, comprobó que el aroma del café puede incrementar tu productividad.
En un experimento, a 114 estudiantes de negocios se les pidió que tomaran una Prueba de Aptitud de Gestión de Posgrado (GMAT). Una parte del grupo fue llevada a una habitación llena de aroma de café para tomar un exámen de álgebra de 10 preguntas; el otro grupo fue llevado a una habitación que no tenía el aroma. Los participantes que olieron café mientras hacían la prueba obtuvieron puntajes significativamente más altos que los otros estudiantes privados del aroma.
Los sujetos revelaron que se sintieron con mayor valentía por el olor del café tan pronto como entraron a la habitación, considerando que estarían más concentrados y mejor preparados para lidiar con los problemas matemáticos.
Dado que estos estudiantes tenían mejores expectativas de sí mismos, es claro que el café fue un efecto placebo. También es posible que las experiencias que han tenido con el café aumenten su estado de alerta y hayan creado una asociación olfativa con sus beneficios. Incluso sin ingerir cafeína, los estudiantes pudieron mejorar su funcionamiento mental.
Con información de El País y Mental Floss