Buceo Hookah y los escualos de Sonora
En días pasados, medios locales de Huatabampo reportaron el caso de un pescador fallecido en el puerto de Yavaros, al sur del estado de Sonora, México. Nuestro sincero pésame y solidaridad con la familia del hoy occiso, Sr. Víctor Estrella. QEPD.
La nota señalaba que había sido atacado por un tiburón. La información que se divulgó en la prensa estatal se extendió a especificar que el responsable de la muerte fue un Tiburón blanco de cuatro metros de longitud. Pronto la noticia causó temor entre los pescadores quienes solicitaron la intervención de la autoridad, provocando psicosis entre la ciudadanía, reza la nota del diario Expreso.
Señalan también que los pescadores se reunieron con el encargado de comunicación social de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) quien les dijo que, “deberían temerle más al COVID que al Tiburón”. Este además declaró: “el avistamiento del tiburón blanco en Yavaros, no significaba un peligro para los buzos del sector ni para los bañistas que visitarían las playas de Huatabampo en Semana Santa”.
Dichos argumentos fueron expuestos en una reunión llevada a cabo en el Ayuntamiento de Huatabampo entre pescadores y la autoridad. Los primeros manifestaron la posibilidad de darle caza al escualo, a lo que la dependencia contestó que no, esgrimiendo los siguientes argumentos:
“No hay nada que se pueda hacer”. “El Tiburón blanco es una de las especies de tiburón (son varias) catalogada como amenazada dentro de la NOM-059-SEMARNAT (2010). “Razón por la cual a la dependencia no le quedaba más que vigilar no se registraran más incidentes”.
Agregando que: “por ser una especie protegida que, si bien no se encuentra catalogada en peligro de extinción, pero sí amenazada, su caza podría tener repercusiones legales y penales”.
Complementaría de mi parte que está prohibido capturarlo o retener alguna de sus partes conforme a la NOM-029-PESCA-2007.
Remató el representante de PROFEPA, de acuerdo con Expreso que: “Él no había tenido noticia de otros ataques de tiburón a pescadores en los últimos 10 años que él tenía en la delegación”.
En lo personal, la comunicación —expresada de esa manera— me ha parecido poco empática con los pescadores ribereños. Las opiniones de amigos del sector pesquero, algunos buzos entre ellos, así lo manifestaron a través de redes sociales donde participo.
En primer lugar, no podemos “tapar el sol con un dedo”. Como el mismo funcionario aclara, el tiburón se encuentra en su hábitat. Es decir, en el mar es libre de desplazarse conforme su naturaleza en la búsqueda constante de alimento. Eventualmente, estos confunden la imagen submarina del buceador con lobos marinos que son sus presas. Tampoco es la primera vez que sucede un incidente de esta naturaleza. En años recientes sucedió a un buzo de Puerto Peñasco (comunicación personal con el buzo Ernesto Gastélum). Es posible que otros encuentros no hayan sido reportados o sean minimizados como se observa en esta ocasión.
Adicionalmente, se indicó a los pescadores “que tendrían que tomar sus precauciones al momento de la recolección de callo de hacha”, pero sin ofrecerles herramientas o capacitación para su cuidado. Mucho menos ofrecieron mejores equipos como: compresores, mangueras o reguladores de los cuales depende su vida. Tampoco se comprometieron a promover la adquisición de cámaras de descompresión en los campos pesqueros que aún no cuentan con ellas, factor determinante para proteger la integridad de los trabajadores del mar, quienes -en el caso de embarcaciones menores- tampoco cuentan con la posibilidad de una incapacidad permanente por parte del IMSS como cualquier otro trabajador mexicano.
¿Qué hacer entonces?
Cursos básicos de primeros auxilios son necesarios para que los compañeros de embarcación puedan auxiliar a los siniestrados. En este caso, la mordedura le provocó que muriera desangrado. Al parecer no le destrozó las piernas, por lo que un torniquete a tiempo podría haber contenido, al menos temporalmente, que este se desangrara en lo que lo llegaban a puerto para su atención hospitalaria.
La gran mayoría de los buzos nunca ha llevado un curso profesional de buceo. No cuentan con una certificación. Son trabajadores empíricos que saben muchísimo, pero que no les estorbaría aprender sobre la fisiología del buceo, y comprender a cabalidad lo que le sucede a sus cuerpos cuando se sumergen. Eso aumentaría significativamente la esperanza y calidad de vida de los buzos comerciales.
Quien esto escribe, con subsidio estatal, llevó a San Carlos Nuevo Guaymas a tomar dichos cursos y la certificación internacional de Buceo Autónomo en aguas abiertas a cinco pescadores del poblado pesquero de Bahía de Kino en años recientes. Dicha capacitación es una acción que el estado debe mantener constantemente para salvaguardar la vida de los pescadores y disminuir los riesgos laborales que ellos enfrentan en su trabajo.
Si bien es cierto los ataques de tiburón son estadísticamente muy poco frecuentes a nivel mundial, y en eso tiene razón el funcionario, siempre existe la posibilidad de un encuentro. Nadie está exento de un avistamiento o un ataque al estar en su hábitat. Por lo tanto, el peligro no puede ni debe minimizarse. Cabe señalar que el callo de hacha, dado su alto valor comercial por arriba de los $800.00/kg “a pie de playa”, es motivo de que una centena de buzos en distintos puntos de los 1,100 km de litoral sonorense salgan a bucear para obtenerlo, incrementándose así la probabilidad de un encuentro.
Las “conchas”, como las almejas o el callo de hacha en sus distintas variedades, son extraídas por los compañeros pescadores y buzos de los fondos marinos mediante un gancho de fierro. Se trabaja por varias horas a distintas profundidades en donde se encuentran los “bancos” de callo, cada vez más profundos conforme se agota el recurso pesquero.
La actividad del buzo es considerada de alto riesgo laboral. Su enemigo más grande es la descompresión. Es por ello que algunos poblados pesqueros cuentan con cámaras de descompresión, como en Bahía de Kino, San Carlos Nuevo Guaymas, y recientemente Puerto Peñasco.
Al bucear por debajo de los 10 metros ya se encuentran a dos atmósferas de presión y el comportamiento de los gases en el organismo es otro. Esto les causa embolias al subir, si después de estar horas —como su trabajo demanda— estos salen intempestivamente, cuando por el contrario deben hacer paradas técnicas para que los gases que respiramos regresen a su estado normal.
Lo anterior requiere ofrecer constantemente capacitación profesional en materia de buceo a quienes se dedican a la extracción de especies marinas, como peces, langostas, pepino de mar y extracción de conchas, que si bien no es el buceo autónomo deportivo de los aficionados a explorar los mares, puesto que los pescadores comerciales usan compresor, manguera y regulador en sus equipos tipo “Hookah”, el comportamiento de los gases o fisiología del buceo aplica por igual. Salvo por aquellos habilidosos buzos conocidos como “pulmoneros”, quienes se han acostumbrado a trabajar con el aire de sus pulmones sin suministro constante de aire.
Cabe agregar que, por lo regular, trabajan una o dos personas con dos líneas de 100 pies, y que se separan para trabajar en el fondo. Por tanto, no tienen compañía de protección y el cuidado necesario. En todo caso se queda un pescador en la embarcación llamado “cabo de vida”, quien está al pendiente que las mangueras no se enreden, mover la embarcación si es necesario, subir las bolsas con el producto, y del funcionamiento del compresor que les suministra el preciado aire que respiran. Inclusive retirar el callo de la concha que regresan al mar.
Muchas veces los fondos son turbios por las corrientes, y mientras ellos se encuentran trabajando con visor, no tienen la visión periférica que tenemos sin estos, y básicamente observan solo el área donde trabajan. El que llegue un organismo marino hasta donde se encuentren es algo fortuito pero probable.
Es importante señalar que los tiburones se encuentran en la cumbre de la cadena alimenticia. Tienen un rol importantísimo en el ecosistema marino. Su presencia es signo de salud de los mares y océanos. Es por ello (no solo por el hecho de que estén protegidos por las leyes mexicanas) que debe cuidárseles como demandaba el funcionario federal a los pescadores. Tampoco es con amenazas de aplicar la Ley que deben convencerlos. Por el contrario, dada su función en el ecosistema, debemos tener cuidado de no estigmatizarlos, como ya sucede en el imaginario popular al ver películas de Hollywood.
El buceo con tiburones es, “hoy por hoy”, motivo de grandes ingresos por turismo que busca precisamente bucear con escualos, los grandes tiburones. Está el ejemplo de Playa del Carmen en Quintana Roo donde se bucea con tiburones Toro en invierno. También es el caso de “Cabo Pulmo” en Baja California Sur con la misma especie. Además del buceo con tiburones blancos. Sí, los grandes tiburones blancos de Isla Guadalupe en el Pacífico de Baja California. Uno de los mejores lugares del mundo para bucear con grandes blancos, protegidos dentro de una jaula metálica, por supuesto, y con turistas dispuestos a pagar miles de dólares por la oportunidad.
Por otro lado, el laboratorio del científico Dr. Octavio Aburto, de la reconocida institución oceanográfica norteamericana SCRIPPS, recién publicó en 2021 los resultados de una investigación sobre prestadores de servicios de turismo de buceo en México. Concluía que los ingresos por servicios turísticos eran similares a los de la pesca comercial. En ese sentido tiene razón el funcionario, “deben cuidarlos (a los tiburones) en vez de pensar atacarlos”. ¡Vivos son más valiosos!
Una muy buena noticia es que los amigos pescadores de Puerto Peñasco contarán en este mes de marzo con la presencia y capacitación en Tiburón Blanco de uno de los expertos mundiales en esta especie: el mexicano doctor Mauricio Hoyos, una autoridad en esta materia. Esto según comunicación personal con el buceador de concha de Puerto Peñasco, Ernesto Alonso Gastélum González.
Ernesto extendió una invitación pública para atender tan importante evento:
“Ante el trágico incidente de un compañero buzo en días recientes en el puerto de Yavaros y otro hace unos años en Puerto Peñasco a causa de un encuentro con tiburones, los días primeros de marzo un equipo de expertos en comportamiento y biología de tiburones darán una plática/taller informativa a los buzos y pescadores interesados en saber cómo actuar y prevenir estos encuentros”
Como paralelismo y para redondear la nota, por los mismos días en Australia también fue reportado un joven británico víctima de un ataque de tiburón. Su nombre era Simon Nellist y tenía 35 años. Esto sucedió mientras se encontraba entrenando para un evento de caridad, señala la nota de “The Guardian”.
Los ataques de escualos en Australia han sido cubiertos y difundidos por la prensa, siendo muy conocido cuando estos suceden. Por lo que se sabe que es el primer ataque fatal en 60 años reportado en Sídney. Es decir, estadísticamente la probabilidad de ocurrencia es muy baja.
Sin embargo, es necesario enfatizar que a los grandes blancos se les encuentra cerca de sus áreas de alimentación, como es natural, particularmente donde se localizan las grandes colonias de lobos marinos. Tal como ocurre en el Mar de Cortés, donde se estiman entre 16,000-20,000 lobos marinos, de acuerdo con la CONANP, incluyendo isla San Jorge en Puerto Peñasco, y cercano a Yavaros, lugares donde han tenido lugar los ataques de tiburón los últimos cuatro años.
Simon Nellist era un experimentado instructor de buceo. Conocía los riesgos inherentes en esas aguas. Aún así, fue atacado desde abajo a media tarde, con luz de día. Un testigo señaló que el tiburón “vino desde abajo y lo atacó verticalmente”. Dijo haber escuchado los gritos y volteado hacia el lugar de los hechos, observando el gran “splash” que provocó el tiburón al salir y caer sobre el agua. Dicha estrategia es muy conocida del tiburón blanco cuando atrapa a los lobos marinos, su presa predilecta, la cual podría confundirse desde abajo con tablas de “Paddle board” y “Surf”, así como también con los trajes de neopreno de los buceadores.
El ataque en Australia ocurrió apenas a 150 metros de la playa, razón por la cual fue cerrada durante 24 horas. Así también cerraron playas aledañas donde ocurrió el incidente conocido como “Little Bay”.
Es decir, no necesariamente sus hábitats están asociados a lugares lejanos de la costa, en altamar, como señalaban los funcionarios federales mexicanos. Inclusive en Yavaros, el compañero de trabajo y “cabo de vida” del buceador mexicano fallecido compartió que estaban trabajando a solo 5 brazas de profundidad (cerca de 8 metros), en aguas someras.
Sobre lo sucedido en Australia, Chris Pepin-Neff, académico de la Universidad de Sydney, quien se enfoca en las respuestas políticas a los ataques de tiburones, respaldó la decisión de las autoridades de cerrar las playas cercanas. “Si bien matar tiburones individuales no reduce el riesgo de mordeduras, la educación pública para mantenerse fuera del agua cuando los tiburones están cerca de la costa marca la diferencia”, dijo.
En el caso de nuestras aguas en el Mar de Cortés, la recomendación sería trabajar alejados de las áreas donde se encuentran las colonias de lobos marinos, que puede ser durante ciertas épocas del año.
Fuentes:
- The Guardian: www.theguardian.com/australia-news/2022/feb/17/british-man-named-as-victim-of-fatal-australia-shark-attack
- Programa de Acción para la Conservación de la Especie (PACE): Tiburón Blanco (Carcharodon carcharias). www.gob.mx/conanp/documentos/programa-de-accion-para-la-conservacion-de-especies-pace-tiburon-blanco-carcharodon-carcharias?state=published
- Arcos Aguilar Ramiro, et al 2021. Diving tourism in Mexico – Economic and conservation importance www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0308597X21000208
- White Shark. www.iucnredlist.org/species/3855/2878674
- “Deberían temerle más al Covid que al tiburón”: Profepa. www.expreso.com.mx/seccion/sonora/386173-deberian-temerle-mas-al-covid-que-al-tiburon-profepa.html