
Ruta marítima ancestral a la Baja California: una travesía posible desde Sonora
Los nativos americanos Comcaac del noroeste de México fueron grandes navegantes. Al respecto, el antropólogo del INAH Dr. Alejandro Aguilar Zeleny en su ensayo “Los navegantes del desierto: La nación Comcaac en el siglo XXI” dice a la letra:
“El conocimiento de su territorio y los ciclos de la naturaleza, señalados mediante sus observaciones y conocimientos astronómicos y de los cambios en su territorio, les permitió desarrollar sistemas de navegación basados en las estrellas, pero también en los “xepe coicös” (cantos del mar) que eran como un mapa de navegación”.
Dicho esto, no habría razón para pensar que estos no pudieran cruzar a la península de Baja California a voluntad, basados en sus conocimientos de navegación, del medio marino como su fuente principal de alimento, además de las cortas distancias que los separan físicamente de las grandes islas y de la enigmática, seductora y atractiva península que observaban constantemente.
Desde su llegada a la región de las grandes islas del Golfo de California lo harían mediante sus balsas.
“El hecho es que llegaron en algún momento, mediante la navegación en balsas de carrizo, habitando y aprovechando los recursos de islotes e islas y del mar en el Golfo de California”, escribió también Aguilar Zeleny, agregando que:
“El mundo de los Comcaac (que significa ‘la gente’, como se llaman a sí mismos) se funda en el misterio del origen y misticismo del mar al unirse con el desierto”.

Los Comcaac nunca practicaron actividades propias del sedentarismo, como la agricultura y la ganadería. Dado su carácter nómada, siempre fueron cazadores, recolectores y pescadores, incluso a la fecha, pese a que se establecieron hace un siglo. Estos hacían las veces de productores y comerciantes de productos del mar, mismos que intercambiaban por otros bienes a distintos grupos indígenas.
Tal como apunta Aguilar Zeleny: “Por siglos los Comcaac vivieron en un movimiento territorial constante entre el mar y el desierto y entre las islas del Golfo, sostenían intercambio de sal, peces, conchas y caracoles con otros grupos, a cambio de maíz y otros cultivos de los pueblos agrícolas”.
Continúa Aguilar Zeleny, “Otras de las historias Comcaac hacen referencia a una sociedad integrada por gigantes, los “Sixosiat” quienes vivían en la península de Baja California y a quienes se les atribuye el origen de las pinturas rupestres monumentales que se encuentran en cuevas y abrigos rocosos en aquella región”.
“Las evidencias de la cultura material los hacen semejantes a las culturas peninsulares, como los extintos guaycuras y pericúes o de los norteños yumanos aún vivos, como los cochimíes, pa ipai, kiliwa, kumiai o cucapáh, entre otros que consigna la historia. De hecho, por largo tiempo se pensó que eran una derivación de estos grupos, hasta que en años recientes a través de los estudios lingüísticos se les ha considerado como una lengua única en el mundo: el Cmiquee itoom”.
Por otro lado, en el primer tomo de la trilogía: “Los Comcaac. Una Historia Narrativa” del Ing. Alberto Mellado, se lee el capítulo “ATAQUE EN HANT IHIIN”.
En este detalla claramente como los Comcaac se encontraban en lo que hoy es La Paz, Baja California, cuando llegaron los españoles a principios del siglo XVI, y la serie de atropellos que cometieron contra ellos. Incluso afirma que habitaban en la península. Reproducimos a continuación textualmente dicho fragmento del libro, que podrán adquirir en Amazon.
Fragmento del primer tomo de: “Los Comcaac. Una Historia Narrativa” del Ing. Alberto Mellado
“ATAQUE EN HANT IHIIN”. Páginas 33-34.
“Era el año de 1533, en lo que en el futuro será La Paz, Baja California Sur, “Hant Ihiin” en nuestra lengua. Es posible que fuéramos un grupo de “Hant Ihiini Comcaac”, gente nuestra que vivió en la península, quienes nos enfrentamos a un grupo de hombres que vinieron por mar en una extraña balsa gigante de madera que nunca habíamos visto antes. Atacaron nuestro campamento, saquearon todo lo que teníamos. Abusaron de mujeres y causaron mucha destrucción y daños. Nosotros nos enfrentamos a ellos. En ese tiempo no lo sabíamos pero el hombre al mando de aquella fuerza era un español al que llamaban Fortun Jiménez, a quien matamos en el combate, el resto de sus hombres sobrevivieron y escaparon en la nave en la que llegaron. ¿Éramos o no los Comcaac de Baja California, los “Hant Ihiini Comcaac”, los protagonistas de esta historia? En la memoria nuestra, aunque los historiadores actuales no reconocen conexión entre nosotros con los nativos de Baja California, nosotros sabemos que habíamos Comcaac del otro lado del mar. Habitamos la cara interior de la península. Muchos grupos nuestros viajaron como parte de su vida nómada cruzando entre las islas hasta llegar del otro lado, y que los protagonistas de esta historia podíamos ser nosotros mismos. A pesar de ser absolutamente iguales como seres humanos, los hombres venidos de lejos y nosotros, los nativos del noroeste, tendríamos una terrible batalla por delante. De esta historia, el saqueo y el enfrentamiento a muerte iniciados por los españoles serían algo premonitorio de lo que vendría por los siguientes cuatrocientos años para nosotros”.
Posteriormente, el mismo autor señala cómo los guerreros Comcaac conocieron a Hernán Cortés, el cual llevaba con ellos dos barcos y varios caballos. Pero que por hambre y sed, dado que no sabían sobrevivir en el desierto —como los Comcaac—, al acabarse sus provisiones debieron marcharse, pues: “El desierto y el Mar habían conseguido vencerlos en esa primera batalla” (pp 34-35).
El historiador Comcaac Alberto Mellado, quien recogió por años las enseñanzas de los mayores de su tribu, señala que los actuales historiadores no reconocen conexión entre los Comcaac de Sonora y las etnias de Baja California, basados principalmente en diferencias lingüísticas. El lenguaje de los Comcaac, Cmique iitom, no corresponde a las lenguas Yuto-aztecas con las cuales sí tienen relación otras etnias sonorenses.
Lo anterior no responde de manera categórica si estos grupos estuvieron emparentados con grupos Yumanos, o si los Comcaac provinieran de grupos de la península o viceversa. Lo único posiblemente demostrable es su presencia en esas tierras y la convivencia que habrían tenido con los locales con quienes podrían también haber comerciado e intercambiado producto. Información que, tal como señala el citado historiador, ha sido transmitido de forma oral a través de sus cantos y ceremonias rituales, ya que no contaban con escritura.

Lo cierto es que, en la memoria colectiva de los Comcaac, y posiblemente de quienes subsistan de los grupos étnicos y primeros pobladores de la península de Baja California, como los Pericúes, Cochimíes y grupos Yumanos, existe tal conocimiento como una certeza. Por ello, se tendría que continuar investigando al respecto, y esperar por tanto más trabajo de parte de antropólogos y arqueólogos para encontrar evidencias de la posible relación comercial o asociación entre ambos grupos. Es decir, no necesariamente buscar el origen de los Comcaac en tierras “cachanías” o viceversa, quienes muy probablemente vinieron en alguna de las oleadas que cruzaron el estrecho de Bering, o quizás como se maneja en alguna de las aventuradas hipótesis, hallan llegado por mar a través del Océano Pacífico, lo que confirmaría su dominio de la navegación.

El filósofo e historiador Miguel León-Portilla escribió “La California mexicana. Ensayos acerca de su historia”, donde da cuenta que distintos grupos de la península de Baja California estarían emparentados con grupos de la alta California, y que corresponden a distintas oleadas que se internaron en el “callejón sin salida”, que fue la península hasta llegar al sur de la misma, los cuales fueron acomodándose “en fajas escalonadas de sur a norte”, de acuerdo con Paul Kirchhoff. Al parecer no se consideran las incursiones de los navegantes Comcaac, quienes tendrían presencia en la cara interna de la misma en el golfo de California, si bien da cuenta de contactos que tuvieron con grupos del Suroeste de Arizona. Así también menciona “conchales” y restos orgánicos de poblaciones costeras en lugares como Bahía de los Ángeles, mismos que datan de aproximadamente 6,000 años, aunque referidas a las etnias de la península, y ¿por qué no plantearlo? también de alguno de los clanes Comcaac que pisaron esas tierras al alcance de su vista.
Adicionalmente, León-Portilla menciona que: “Una, que puede tenerse como fundamental, es que esos antiguos pobladores -o por lo menos la mayor parte de ellos- se muestran emparentados culturalmente con grupos prehistóricos del sur de Alta California y del suroeste de Arizona. Al hacer la salvedad de que por lo menos la mayor parte de ellos aparecen relacionados con focos culturales situados al norte de la península, se deja abierta la posibilidad de una procedencia, por completo distinta, en el caso de algunos que se asentaron en la porción sur de Baja California”.
Aunque el mismo León-Portilla no excluye la hipótesis de Paul Rivet, sobre que estos fueran Paleo-americanos, cabe entonces la hipótesis de que pudieran haber sido también los “Hant Ihiini Comcaac”, a quienes la narrativa Comcaac los sitúa en lo que hoy es la Paz BCS, justo al sur de la península.
La distancia entre Sonora y Baja California es de aproximadamente 100 km en la región de las grandes islas del Mar de Cortés. Incluso desde Bahía de Kino se observa la costa de California en días sin bruma. Resulta entonces más que evidente la posibilidad de establecer una ruta marítima que conectara a los Comcaac con otras etnias de la península de Baja California, máxime si alguno de los clanes Comcaac ya se hubiera establecido en ella. Basta observar que la distancia de las costas de Sonora (desde Bahía de Kino) a la Baja California es mucho menor que al puerto de Guaymas Sonora ubicado a 188 km al sur, y donde otro de los clanes Comcaac habitaba colindando con el territorio de la etnia Yaqui.

Si bien es cierto el territorio que ocupaban los Comcaac hasta el siglo XIX abarcaba los litorales desde el Valle de Guaymas hasta Pitiquito, no es una casualidad que se establecieran principalmente en la región de las grandes islas del Golfo de California. Este lugar también es conocido como “la cintura del Mar de Cortés”, debido a que es la zona más angosta entre la península de Baja California y Sonora, y que además está conectada por varias islas. Entre ellas, la más grande del país por su extensión, “Tahejoc” (en lenguaje Cmique iitom) o isla del Tiburón.
Uno de sus clanes ocupaba la isla San Esteban o Turón, ubicada justo al centro del Golfo. Desde ahí se observa claramente la serranía de la península de Baja California distante a menos de 50 km. En isla San Esteban vivían de comer Tiburón, así como también algunas aves marinas e incluso iguanas, y quienes desgraciadamente en el siglo XIX serían exterminados por el gobierno mexicano.

No sorprende que, siendo los Comcaac grandes navegantes, cruzaran con frecuencia a través de la isla del Tiburón a isla San Esteban a menos de 12 km. Es sabido ahí vivía de forma permanente alguno de los clanes que conformaban los Comcaac en esos tiempos. Es fácil comprender que desde ahí cruzaran navegando a isla San Lorenzo a menos de 20 Km, y siguieran hasta a lo que hoy llamamos Punta San Francisquito, ya en la Baja California, también a menos de 20 km de isla San Lorenzo.
Desde lo que es hoy Baja California, seguramente pasaban navegando por cualquiera de las dos caras a lo largo de la isla San Lorenzo, o si el tiempo lo permitía, posiblemente caminando hacia lo que hoy conocemos como Bahía de los Ángeles, ubicada frente a la isla Ángel de la Guarda, la segunda más grande del país por su extensión. Esta última se observa claramente desde el poblado Comcaac de Desemboque de los Seris, ubicado aproximadamente a 100 km al norte de Bahía de Kino y 30 km al norte de Isla del Tiburón.

Por todo lo anteriormente expuesto, más bien sería muy extraño pensar que los Comcaac no cruzarían a la Baja California. El litoral ha sido ancestralmente su principal proveedor de alimento y del cual tenían pleno conocimiento, además de los equipos (balsas) y la habilidad necesaria para hacerse a la mar.
Prueba de lo anterior, en cuanto a la ruta marítima a Baja California partiendo de Sonora, usando las grandes islas del Mar de Cortés como postas para descanso y reabastecimiento, son las recientes expediciones en Kayak desde el poblado Comcaac “Socaiix” (Punta Chueca) a San Francisquito BC. Esta se desarrolló en solo cuatro días por tres jóvenes franceses y un mexicano liderados por el Arq. Rogelio Baidón.


Ellos demostraron que la navegación entre las islas para llegar a California es posible en embarcaciones ligeras sin motor, incluso para personas poco experimentadas en navegación en aguas abiertas, neófitas en el desplazamiento de las corrientes marinas predominantes entre las islas, incluso desconocedoras de la climatología local, hecho del cual dio cuenta quien escribe en una publicación del 31 mayo 2021 en la revista “Sonora Star”.
Referencias
- Aguilar Zeleny, Alejandro. “Los navegantes del desierto: La nación comcáac en el siglo XXI”. Centro INAH – Sonora www.iifl.unam.mx/uploads/justiciadelotro/pdfs/rPdf29.pdf
- León-Portilla, Miguel. 2000. La California mexicana. Ensayos acerca de su historia. www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/california/304a.html
- Burkhalter, David, 2013. Journal of the Southwest. William Neil Smith y los indios Seris. www.jstor.org/stable/24394903
- Lenguas yutoaztecas, más allá del límite fronterizo. www.inah.gob.mx/boletines/8372-lenguas-yutoaztecas-mas-alla-del-limite-fronterizo
- Laylander, Don. “The question of Baja California’s prehistoric isolation: evidence from traditional narratives”. www.academia.edu/27225919/The_Question_of_Baja_California_s_Prehistoric_Isolation_Evidence_from_Traditional_Narratives
- Mellado, Alberto 2020. Primer tomo trilogía “Los Comcaac. Una Historia Narrativa”. www.amazon.com.mx/LOS-COMCAAC-HISTORIA-NARRATIVA-independencia-ebook/dp/B08N5MK6HQ