Relación Yaquis-Comca’ac: La carta de “Seri Bill” que describe la hermandad entre las etnias en los años 40
Fotografía de portada: Isla del Tiburón. Por: M.C. Martín Bustillo Ruiz
Por: M.C. Martín Bustillo Ruiz
Comparto extracto de una carta escrita por William Neil Smith (“Seri Bill”) a su madre el 20 de julio de 1946.
Llamó mi atención, porque describe una relación que aún subsiste en la actualidad con pescadores de otras etnias, mismas que he observado los visitan o trabajan con ellos. Hablo del caso de los “pulmoneros” (buzos en apnea) que realizan la extracción del preciado callo de hacha, justo en este tiempo.
Así también pescadores mestizos de comunidades vecinas con quienes acuerdan su entrada en aguas exclusivas de pesca de la etnia.
Es el mismo caso tanto de embarcaciones menores como de barcos pesqueros. Camaroneros al sur de la isla del Tiburón, y barcos sardineros al norte de la misma. Destacando las posibles afectaciones de los barcos sardineros en la pesca de pescado de primera con sus malas prácticas.
Algunos pescadores Comca’ac se quejan de ello, pero resulta al final del día en otra fuente de ingresos para la comunidad. Eso, al igual que la parte de camarón que acuerdan con los patrones de los barcos para el ingreso a sus aguas en el otoño.
Por supuesto enfatizar la relación con los hermanos Yaquis, pescadores, con quienes en algún momento tuvieron territorios contiguos.
Guaymas era el límite sur de los Comca’ac y donde iniciaba el territorio Yaqui hacia el sur del estado.
Recuerdo una salida a la playa de Piedras Pintas, donde me compartía el actual presidente del Consejo de Ancianos, mi amigo Don Enrique Robles Barnett, de que dicho lugar había servido de escenario para una importante reunión con los Yaquis en el pasado reciente.
Observo en la carta a su madre hasta cierta alegría y prosa poética.
A continuación, transcribo textualmente el extracto de dicha carta de “Seri Bill”:
“Alrededor de cada dos días un mexicano ancla su barco de pesca en la Bahía de Tecomate (Bahía “Agua dulce”, ubicada en la isla del Tiburón). Cuando eso ocurre, las mujeres se lanzan a la panga más cercana y reman frenéticamente para pedir carne, harina, café y azúcar.
Ayer por la noche un barco bastante grande ancló cerca, justo al mismo tiempo que un trueno de una tormenta se dirigía hacia aquí de forma amenazante. Yo estaba fuera bebiendo agua salobre, por lo que, echando una cana al aire, agarré mis cantimploras y me uní a la fiebre salvaje en la panga.
Remamos media milla hacia al barco de pesca en un aguacero tropical cálido. La panga iba muy cargada con seis mujeres, tres niños y yo. A mitad del camino a la costa, el sol apareció entre las nubes, y mostró un magnífico arco iris completo sobre la isla contra una cortina gris de nubes. La belleza de la escena era indescriptible.
Las caras de las mujeres, bronceadas y mojadas, con sus chales rojos y el pelo largo y negro en contraste brillante con el mar y el cielo sombrío mientras remaban a través de las olas con cresta blanca y por encima del arco iris, se convirtieron en un espectáculo digno de recordar.
Los pescadores resultaron ser indios Yaquis de Guaymas que estaban muy sorprendidos de encontrar un ‘gringo’ con los Seris. Quienes nos remolcaron de vuelta al campamento junto a todo el cargamento.
También nos dieron mucho pescado y carne seca. Ya es sabido que los Yaquis, en tiempos difíciles son y recuerdan a los Seris como antiguos aliados en sus guerras contra los mexicanos.
Llené mis cantimploras con agua dulce (traída) de Guaymas y algunos cigarrillos estadounidenses, e invité a los pescadores a visitar mi campamento. Por lo que llegué a las 8 pm trayendo conmigo algunos limones, hielo y una sandía fría.
Esto fue como maná del cielo, y me di un festín hasta que mis ojos casi se me salían.
Los Yaquis eran muy agradables, como todo el mundo aquí en México lo ha sido para mí. Hablamos acerca de los Yaquis en los Estados Unidos. Los sorprendí con un par de canciones Yaquis en mi flauta.
La marea es alta, y se encuentra a solo 15 Mt de donde estoy escribiendo esto. Un viento cálido y húmedo sopla y el cielo permanece gris”.
Burckhalter, D. (2013). William Neil Smith and the Seri Indians: Photographs, Letters and Field Notes. Journal of the Southwest, 55(1), 1-118. Recuperado el November 29, 2020, de http://www.jstor.org/stable/24394903