México y su verdadera pandemia
Ilustración de portada por: Manolo Barrios.
Por: Sonia Heras Gastélum
La violencia feminicida en México es una pandemia que no ha aplanado la curva, sino que sucede todo lo contrario. Las mujeres no están, ni se sienten seguras en sus propias casas.
Mientras que América Latina ha sido identificada como el nuevo epicentro de covid-19, la otra pandemia pasa desapercibida.
Muestra de ello son los recientes datos presentados por el secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), los cuales revelan que de enero a agosto del 2020 se registraron 626 víctimas de feminicidios en México. Sí, el confinamiento agravó los niveles de violencia doméstica, incrementando en un 90% las llamadas a las líneas de denuncia.
Sin embargo, aunque la denuncia es el primer paso en la búsqueda de justicia, la falta de empatía termina por empeorar la situación. Ante los casos de violencia contra la mujer en México, con frecuencia escuchamos preguntas como: ‘¿Por qué no lo denuncio?’ ‘¿Por qué no pido ayuda?’ Resulta muy fácil opinar, juzgar y hasta condenar a una mujer cuando tú no eres la víctima. Pero ¿qué pasa con una mujer maltratada, humillada, dominada, denigrada y sobre todo presa del miedo?
Lo primero que debemos entender es que una mujer que sufre maltratos, que es privada de sus derechos más elementales, con una salud mental que va poco a poco deteriorándose y perdiendo su sentido de autonomía y valía, difícilmente se atrevería a tomar una decisión como huir de casa, sumando a esto el bienestar de sus hijos, si llegara a tenerlos.
Según estudios realizados por la Red Nacional de Refugios (RNR), el primer motivo que impide a una mujer a denunciar es el miedo al maltratador. Miedo a ser hostigadas, acosadas, amenazadas e incluso asesinadas.
Otro de los miedos más recurrentes de las mujeres que sufren de violencia es que no les crean. Hasta cierto punto, cuando denuncias te ves obligada a explicar por qué toleraste determinados comportamientos y esto, de cierta forma, conduce a la culpabilización de la víctima.
Por otra parte, el informe del programa “Ciudades y espacios públicos seguros para mujeres y niñas”, reveló que los principales motivos que impiden denunciar en México son:
- 49.5% consideró que se trató de algo ‘sin importancia’.
- 15.2% no sabía cómo o dónde denunciar.
- 8.9% sentía vergüenza.
- 7.3% tenía miedo a las consecuencias.
- 4.7% tenía miedo de no ser creídas, o peor aún, que las culparan a ellas.
La infraestructura judicial, la denuncia y la protección de la mujer son elementos imprescindibles para eliminar este tipo de violencia. Las víctimas deben ser acompañadas por profesionales con la formación adecuada para ayudarlas en su situación de violencia y vulnerabilidad.
No obstante, cuando las mujeres se atreven a denunciar, lamentablemente en raras ocasiones la justicia llega para condenar a quien resulte culpable. Se estima que el 28.6% de las víctimas de violencia machista se atrevieron a dar el primer paso y denunciar. Pero de los casos denunciados, solo 13 de 76 han tenido una audiencia de imputación de cargos.
La violencia, una ‘enfermedad’ que afecta el bienestar de las familias
Una de las consecuencias más devastadoras del covid-19 ha sido el aumento de violencia física, psicológica y sexual contra las mujeres y niñas porque el estado no ha abordado la pandemia desde un enfoque de género y derechos humanos.
Durante el confinamiento, en México se registró un incremento del 117% en la actividad de pornografía infantil y también la comercialización o prostitución de niños y niñas.
Las cifras lo confirman: en 5 meses de contingencia, la RNR atendió a 23,303 mujeres. Pero esta tendencia se observa desde hace algún tiempo. De 2019 a la fecha, las solicitudes de apoyo incrementaron un 57% y las atenciones en refugios y centros de atención incrementaron 68%. Además, el 51% de los hijos o hijas de madres violentadas que han pedido ayuda han sufrido algún tipo de abuso.
Ante esto, es urgente que organizaciones políticas, gubernamentales, y civiles garanticen su compromiso de CERO tolerancia a la violencia contra la mujer. Sin embargo, el problema al que nos enfrentamos en México es la ausencia de datos desagregados por razones de género y, por supuesto, la falta de evaluación, seguimiento y monitoreo de las acciones implementados por el gobierno.
El Estado mexicano sigue en deuda con las víctimas. Los derechos humanos no deben condicionarse ni consultarse, se ejercen libremente. El derecho de una vida libre de violencia debería ser una realidad para todas las mujeres y niñas.
Las actitudes machistas y sus prácticas patriarcales nos duelen, nos arrebatan vidas, nos llenan de indignación e impotencia.
Pero es importante recordar que nos tenemos las unas a las otras, aliadas por un mundo libre, democrático y sin violencia, con hechos y no palabras.
¡No estás sola!
* Sonia Heras Gastélum es analista especializada en psicología clínica, feminista y a favor de los derechos humanos.
Fuentes de información:
- Informe conjunto de la agencia humanitaria internacional CARE y ONU Mujeres: www.care-international.org/files/files/enlac_rga_report_english_final_junio2_/comprimido.pdf
- La pornografía infantil creció 117% en México: UIF. La Jornada. Recuperado de: www.jornada.com.mx/2020/07/22/politica/011n3pol
- Violencia de género: Reportes sobre cifras. UNAM. Recuperado de: www.cieg.unam.mx/covid-genero/cifras-violencia.php
-
De los discursos a los hechos: “Violencias contra las mujeres y la ausencia de políticas gubernamentales para garantizar una vida libre de violencias antes y después del COVID-19”. Red Nacional de Refugios. Recuperado de:
www.drive.google.com/file/d/1OdKgbLL4y335UFZdBxV5cVaXDcQ1K2I1/view
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Ene 14, 2022[…] México y su verdadera pandemia Tags: Depresión Sonia Heras Gastélum […]