Persigue tus sueños: Cómo tomar iniciativa y hacer que las cosas sucedan
Saber tomar iniciativa es atreverse a realizar una acción que te lleve a donde quieres estar. Por ejemplo, invitar a alguien a salir, planear un viaje, comenzar a establecer una rutina de ejercicio o incluso fundar una empresa.
La iniciativa también es la capacidad de romper los moldes existentes y hacer el propio, lo que involucra habilidades sociales llenas de entusiasmo, intuición, creatividad y voluntad.
¿Quién no querría tener este tipo de energía en su vida? ¿Alguna vez has escuchado o te han dicho que te falta iniciativa? Así, sin darnos cuenta, esta palabra se convierte en un anhelo, un impulso que desear obtener para conseguir lo que quieres.
La iniciativa se puede definir desde distintas dimensiones, pero si hay algo muy evidente es que algunas personas la tienen y otras no. La razón por la que algunas personas carecen de iniciativa suele deberse a la inseguridad personal y el miedo. Muchos temen al fracaso y a la exposición.
Sin embargo, no hay diferencia entre quedarse donde estás y fallar. Quizás no pase nada, pero no lograrás avanzar social, emocional o profesionalmente. Por lo tanto, si deseas crecer en estos aspectos, debes tomar iniciativa.
Cómo tomar iniciativa
Es posible que ya hayas experimentado este sentimiento en algún momento de tu vida. La sensación de querer hacer algo y no saber cómo o simplemente no atreverte a hacerlo.
Tomar iniciativa requiere más que coraje. Significa tener la disposición y un plan de acción. Para lograrlo, necesitarás ajustar tus procesos cognitivos, emocionales y conductuales.
Canaliza tus emociones hacia tu meta
Tomar iniciativa puede detonar dos grandes emociones: miedo y vergüenza. Es importante reconocerlas como tus peores enemigos y procedes a desactivarlas o reorientarlas.
¿Cómo? Estableciendo un diálogo contigo mismo para recordarte que mereces el éxito. Debe quedar claro que el miedo y la vergüenza te incapacitan, apagan tu potencial y distorsionan tu identidad. En cambio, existe una emoción excepcional que siempre facilita la toma de iniciativa: el entusiasmo.
Planifica, observa y aprovecha tu día
Tomar la iniciativa no es sinónimo de saltar a una piscina con los ojos vendados.
- Ser proactivo significa tener en cuenta el contexto, pronosticar el futuro y mirar la situación desde diferentes ángulos para diseñar un plan.
- No dejes nada al azar cuando se trata de lograr lo que deseas. Puede que tengas suerte, pero siempre debes de tener en cuenta que también puedes crear tu propia suerte con esfuerzo, trabajo y originalidad.
Recurre a personas que puedan ayudarte a tomar iniciativa
Al final del día, la responsabilidad de crear el presente y futuro que deseas es tuya. Sin embargo, esto no quiere decir que debas estar solo. Puedes contar con la ayuda y el consejo de personas expertas en el tema.
Además, es posible que conozcas a alguien que haya pasado por lo mismo y pueda asesorarte. Mantén la mente abierta, escucha opiniones y ten en cuenta otras perspectivas para tomar una buena decisión.
La victoria final se obtiene ganando batallas diarias
Las personas con iniciativa no improvisan y no arriesgan todo al mismo tiempo. Es decir, no puedes hacer un cambio radical en tu vida si no cierras algunas puertas y abres otras. La clave es inyectar progresivamente en cada situación ingenio y carisma, mostrándote a ti mismo tu valor en cada contexto.
Habrá momentos en los que tendrás que dar un paso atrás, pero está bien hacerlo, ya que significa aprender algo que no sabías. Esto te ayudará a calibrar nuevas opciones y a ver todo desde una perspectiva diferente a medida que ganas impulso.
En esencia, tomar la iniciativa no se trata solo de coraje. Se trata de saber planificar, ser paciente y gestionar bien tus emociones. Actuar con impulso no sirve de nada a la hora de tomar la iniciativa. Debes actuar de forma reflexiva y con inteligencia si deseas que ese ‘impulso’ perdure.
Vía Exploring Your Mind.