Turismo y COVID-19: retos y oportunidades
La emergencia sanitaria en la que se encuentra sumergido el país a causa del coronavirus ha afectado en distinta medida a los diferentes sectores de la economía. En plenas vacaciones de semana santa, las restricciones a la movilidad de las personas y el confinamiento que tiene lugar en cada rincón del mundo, han impedido que el sector turístico en México genere los más de 40 mil millones de pesos que inyecta a la economía nacional cada año en esta época.
Por: Anjanette D. Zebadúa Soto*
Es imposible cerrar los ojos ante el freno de la actividad económica en todo el mundo, no es un hecho lejano, lo vivimos día a día a nivel personal. Todos y cada uno de los sectores de la economía, el agrícola, el ganadero, la industria, el comercio y los servicios experimentan un freno porque la rueda de la economía dejó de girar al ritmo usual. La mayoría de las personas no tienen la posibilidad de generar ingresos recurrentes y mucho menos pueden gastarlos.
El turismo es una de las actividades mayormente afectadas por las medidas de aislamiento a las que se ha tenido que someter la población en aras de cuidar su salud y evitar aún más contagios, pues se basa en la interacción y la movilidad. A escala mundial, la Organización Mundial de Turismo (OMT) ha señalado que las llegadas de turistas internacionales podrían reducirse entre 20 y 30%, lo cual implicaría pérdidas de entre 300 y 450 mil millones de dólares en ingresos por turismo internacional, algo nunca antes visto.
En México, una semana antes de las vacaciones de la semana mayor, habían cerrado cerca de 300 hoteles (entre 60 y 90 mil habitaciones), 2 mil restaurantes y las aerolíneas operaban al 40% de su capacidad. De acuerdo con el Centro de Investigación y Competitividad Turística de la Universidad Anáhuac, se estima que las pérdidas en el sector en nuestro país alcanzarán más de 200 mil millones de pesos, es decir lo equivalente a duplicar la inversión en el Tren Maya y 25% más que el dinero necesario para construir la refinería de Dos Bocas; dos de los proyectos estrella del gobierno federal actual.[1]
Sin embargo, no podemos situarnos en el escenario catastrófico, habrá que estar preparados para lo que viene. El turismo ciertamente será de una de las primeras actividades que hagan girar la rueda de la economía, pues tiene efectos multiplicadores en otros sectores y cuenta con una gran capacidad para generar empleos, en particular en grupos de población vulnerables como jóvenes y mujeres. Los datos de la OMT muestran que después de la crisis mundial de 2009, el empleo en servicios de alojamiento y alimentos creció a escala mundial en una proporción mayor que lo que creció la ocupación laboral en otros sectores.
El turismo comenzará a recuperarse en cuanto cesen las medidas de sana distancia, pues la mayoría de las personas sueñan con salir de sus casas y poder visitar a sus familiares que residen en otro estado o incluso en otro país, muchos esperamos la oportunidad de retomar el viaje que cancelamos y volver a las playas, ríos, montañas, pueblos mágicos y demás atractivos con los que cuenta nuestro país, hoy por hoy salir de paseo se ha convertido en un bien de lujo[2] y viajar es una motivación psicológica para enfrentar la cuarentena.
Por ello, como lo menciona la Organización Mundial de Turismo, es muy importante que los empresarios mexicanos del ramo cuenten con apoyos para enfrentar la crisis actual, tales como medidas presupuestarias que ayuden a que puedan mantener el empleo de sus trabajadores en la medida de lo posible, que se les inyecte liquidez; se les amplíen los plazos para pagar sus impuestos o se les condonen a cambio de continuar pagando sueldos; se creen facilidades para que puedan liquidar sus deudas y créditos; y, en cuanto las restricciones de sana distancia sean menos restrictivas, se les apoye con políticas de fomento al turismo, difusión y promoción de los sitios de interés.
Finalmente, es importante considerar que la industria del turismo, deberá reinventarse y ofrecer atractivas promociones para poder captar a la población que seguirá cuidando sus ingresos considerando que los viajes no son una prioridad en épocas difíciles, donde antes que nada hay que estabilizarse y cumplir con aquellas deudas que no habíamos podido pagar, las colegiaturas que se atrasaron y los pagos de tarjetas que congelamos. Además, el sector deberá generar seguridad sanitaria ante los viajeros, para que éstos se sientan seguros y confíen en que unas vacaciones son el mejor regalo que se pueden dar cuando el mundo logre salir de la turbulencia.
* Anjanette D. Zebadúa Soto es candidata a Doctor en Estudios Urbanos y Ambientales por El Colegio de México. Especialista en temas de medio ambiente, vivienda y desarrollo urbano.
[1] El costo del Tren Maya está estimado en 139 mil millones de pesos; mientras que Dos Bocas se pretende construir con un presupuesto de 190 mil millones de pesos.
[2] Un bien de lujo es aquel cuyo consumo o demanda aumenta en mayor proporción que el incremento real de los ingresos de las personas, en términos económicos, su elasticidad ingreso de la demanda es mayor a “1”.
Fotografía de portada: Bahía de Kino. Cortesía de Luis Fernando Heras Portillo.