¿Cómo innovar un producto o servicio?
Muchas personas y organizaciones consideran que la innovación es tan difícil que prefieren no intentarlo. Y cuando las empresas no innovadoras se hunden, apenas nos enteramos. Nos aburren tanto que ya no nos importa. Por ejemplo, Kodak, restaurantes que cierran después de un gran auge, etc.
Es triste cuando a nadie le importa si tu negocio vive o muere. Para evitarlo, necesitamos más inovación, pero poco se menciona sobre cómo hacerlo.
¿Por qué la innovación es tan dificil? ¿Podemos hacer algo al respecto?
Primero, se debe comenzar definiendo qué es innovación, pues el término se ha utilizado tantas veces que podría significar muchas cosas. Innovación no es sinónimo de invención. La innovación no es algo que puedes hacer solo. Es un resultado externo que creas, y que afecta a un grupo de personas, a otras empresas, o a personas individuales. En resumen, la innovación es lograr que algún grupo de personas acepte un producto o idea como una nueva mejor práctica.
¿Cómo ocurren las innovaciones? El nexo de la innovación se encuentra fuera de una empresa. La clave de la innovación la tiene el grupo al que deseas ofrecer una nueva y mejor manera de hacer las cosas. Si no conoces a tus clientes y cómo llevan sus vidas, entonces no te considerarán ‘innovador’.
La consecuencia de no conocer al cliente es que tus productos solo evolucionarán gradualmente. Un poco más de velocidad, algunos colores nuevos, una cámara mejor o la nostalgia con un aspecto retro son formas clásicas de eludir la innovación.
¿Cómo innovar? Estos son tres pasos esenciales:
1. Conoce a tus clientes reales: para conocer de cerca a un cliente, no es necesario que hagas lluvias de ideas o grupos focales. Solo debes observar y escuchar. Pero cuidado: No debes ser una presencia que perturbe la forma en que los clientes o clientes potenciales viven sus vidas mientras los observas. Lo que debes observar es qué les resultó incómodo, confuso o frustrante durante el uso de tus productos, así como lo que las personas hacen cuando no lo tienen. Luego, haz una lista de preguntas abiertas sobre las dificultades que tuvieron los clientes al usar tu producto.
Saber qué cambios podrían entusiasmar a los clientes es el primer paso para la innovación.
2. Aprovecha la innovación adecuadamente: Es importante comprender que el responsable de desarrollar innovaciones que surjan del contacto directo con el cliente es el jefe o la persona encargada de los recursos de la empresa. De otra forma, las innovaciones se perderán en el trabajo del día a día.
3. Desarrolla un proceso inteligente de establecimiento de prioridades: El desafío que enfrentan los CEOs y las organizaciones que están llenas de ideas es cómo hacer para establecer prioridades.
La innovación se clasifica junto con las acciones necesarias para cumplir con los objetivos de ingresos y ganancias. Una manera de hacerlo es establecer prioridades sobre la base de objetivos, recursos y tiempo, las tres variables interdependientes que son esenciales para ejecutar cualquier iniciativa. De esa manera, puedes instituir proyectos de innovación con presupuestos y personal que no están sujetos a cambios a menos que la vida de la empresa dependa de ello.
Es tan simple como implementar estos tres pasos, y al mismo tiempo es desafiante. Requiere intimar con los clientes, para lo que se necesita ser accesible, paciente y empático. Luego, se requiere que el jefe, o alguien muy cercano al jefe, acepte el riesgo y la responsabilidad de la innovación. Y, finalmente, se necesita cambiar el funcionamiento de la organización, estableciendo prioridades y asignación de dinero y recursos.
Vía Forbes