La familia Ogarrio, tres generaciones dedicadas a la natación en Hermosillo
En portada: Don Ernesto Ogarrio Huitrón (+), Carlos Ernesto Ogarrio Perkins y Carlos Ogarrio Chávez. Fotos: www.tiraaayencestadospuntosmas.blogspot.com y Facebook de Carlos Ernesto Ogarrio Perkins.
En Hermosillo, el deporte de la natación ha sido materia de atención de los gobiernos estatales y escuelas privadas por décadas. La temperatura de Sonora es muy alta la mayor parte del año, casi obliga a refrescarse en las templadas albercas durante el ardiente verano. Los padres de familia por muchas generaciones han llevado a sus hijos a tomar clases de natación, para evitar ahogamientos por inmersión en sus visitas a la playa y disfrutar de sus paseos sin preocuparse.
Sonora ha tenido grandes entrenadores en materia de natación, entre ellos Antonio Chávez Torres “Chavón” (+) quien dedicó 38 de sus 59 años de vida a la enseñanza de esa disciplina que fue su pasión, instruyendo a varias generaciones de tritones sonorenses, así como el maestro Ernesto Ogarrio Huitrón (+) quien fuera entrenador de natación de la Universidad de Sonora.
También fue auxiliar del entrenador mexicano de natación Nelson Vargas en los 70; dirigió el equipo de natación estatal por siete años, produciendo grandes figuras del deporte acuático como Ana María Salazar Slack, campeona nacional y centroamericana, más conocida actualmente por su trabajo como asesora de seguridad nacional en los Estados Unidos y por su labor como comentarista y analista política en ADN40.
Recién nos enteramos por el muro de nuestro querido amigo Carlos Ernesto Ogarrio Perkins, maestro de natación, acuaterapia y arte marcialista, que su hijo, quien lleva su nombre, es ahora maestro de natación en la Universidad de Sonora donde trabaja el primero ya cerca de su jubilación. Es nieto de don Ernesto Ogarrio Huitrón, quien falleció a los 84 años. Aún no conocemos al vástago de tercera generación, Carlos Ernesto Ogarrio Chávez quien es también karateka cinta negra, pero lo felicitamos ampliamente por este medio deseándole los mayores éxitos cargando la responsabilidad de una estafeta que ahora recibe.
Da un enorme gusto percatarse cómo la enseñanza de una actividad deportiva es mantenida en vigencia mediante relevos generacionales ya por 50 años. Tomamos nuestras primeras lecciones de natación en los 60, justo con Ana María Salazar quien rompiera tiempos nacionales. También contentos de saber que esta actividad se ha adaptado a los nuevos tiempos, introduciendo terapias de salud “Aqua-terapias” tanto para adultos como para niños, no sabemos si con alguna discapacidad motora también, pero usando la alberca y el poder de recuperación del agua para ello, la cual permite hacer ejercicios de menor impacto. Mucho mejor aún es hacerlo en el mar por las sales que contiene.
Antes le hemos comentado a Carlos Ernesto Ogarrio Perkins que su padre, el profesor Ogarrio, fue quien nos enseñara de inicio la técnica para las distintas modalidades de nado.
La natación es la actividad deportiva que fue factor para que muchos de nosotros decidiéramos posteriormente estudiar Ciencias Marinas. De Sonora salieron varios compañeros oceanólogos, excelentes nadadores algunos, quienes siempre figuraban en los primeros sitios en las competencias del 18 de mayo. Estas consistían en competir 1 km de nado libre en el frío Pacífico de Ensenada o 2 km con aletas, como el caso del gran José María “Chema” Badillo, quien durante la carrera profesional, a inicios de los 80, estuvo siempre en los primeros lugares.
Muchas escuelas particulares contaban con albercas semiolímpicas de 25 x 12 metros, como el Colegio Regis, el estadio Héctor Espino, la alberca del Vado del Río, así como el mismo Gimnasio del Estado. Algunas de estas desaparecieron con el tiempo, sin embargo, para la natación de competencia fueron reemplazadas por albercas olímpicas de 50 metros de longitud, techadas y con calefactor para él invierno como la del CUM (Centro de Usos Múltiples), donde las técnicas de este deporte eran impartidas, entre otros, por maestros cubanos quienes ya han formado generaciones de grandes nadadores sonorenses.
Cuando iniciábamos con el profesor Ogarrio, eran tiempos en que aún cursábamos la primaria. En los que llevábamos un carrito de paletas a la escuela para vender durante el recreo donde la comisión era la venta de cinco de ellas, las cuales muchas veces regalábamos a los amigos o terminábamos comiéndolas. Este sabroso producto helado nos era comisionado por “el Capi” don Jesús Gutiérrez Figueroa, Héroe de la Patria altamente condecorado, otrora mecánico de aviación del Escuadrón Aéreo Mexicano 201 el cual participara en la Segunda Guerra Mundial. En ese entonces era miembro de los «Ángeles Verdes» y propietario de la paletería Popeye” de la calle Ignacio Mariscal en la colonia Constitución y que muchos años después, se convirtiera en una escuela de artes marciales.
Con el carrito de paletas cruzábamos a pie el Boulevard Rodríguez. En ese punto veíamos al famoso hombre enamorado del maniquí vestida de novia, para de ahí llegar, después de pasar el baldío y el canal donde se han ubicado distintos bancos, a la escuela profesor Heriberto Aja ubicada en la calle del mismo nombre que hace esquina con la calle Veracruz en Hermosillo y queda justamente a espaldas de la alberca del Gimnasio del Estado.
Nuestros cursos de natación con el maestro Ogarrio Huitrón tenían lugar en la alberca del Gimnasio del Estado muy de moda en esa época. Era a donde acudían los niños y adolescentes en temporada de calor; iban hasta dos veces diarias por su propio pie o llevados por sus padres. Ahí también aprendíamos a practicar los clavados desde el primero, segundo y tercer trampolín, tanto que hasta de espaldas lo hacíamos. Eran solo cinco metros, aunque parecía la Torre Latinoamericana estando arriba.
Con el profesor Ogarrio se hacían constantemente competencias por premios y debíamos esforzarnos para ello. Siempre recordaremos al profesor, un hombre fuerte físicamente, no muy alto, pero de mucho carácter.
¡Felicidades a toda la familia Ogarrio, baluartes del deporte en Sonora!