7 lecciones de vida que aprendimos de nuestros hermanos
Peleamos con ellos, los ignoramos, discutimos, los molestamos y les hemos hecho cosas travesuras inimaginables. Aún así, un hermano o hermana es uno de los más grandes tesoros que podemos tener en la vida. Los hermanos son los “enemigos” con quienes peleamos más, pero al mismo tiempo y sin duda alguna, a quienes más amamos.
La relación entre hermanos puede variar, pero la verdad es que normalmente este lazo se basa en un amor incondicional que permanecerá mientras crecemos juntos.
“Sonrío porque eres mi hermano. Me río porque no puedes hacer nada al respecto”.
No hay mejor regalo que un padre puede darle a su hijo que la oportunidad de crecer junto con un hermano, alguien con quien compartir amor, juguetes, felicidad, ira y tristeza. Estas son siete lecciones valiosas que aprendemos de nuestros hermanos.
1. Cuidar de los demás
Al tener hermanos, no solo aprendes a cuidarte a ti mismo sino también cuidar el bienestar de los demás. Con los hermanos desarrollas un instinto protector especial.
Para el mundo exterior, crecemos y cambiamos con el paso del tiempo. Sin embargo, entre hermanos sabemos que nuestro interior, nuestros corazones permanecen sin cambios independientemente del tiempo que pase.
2. Ser paciente
A través de la experiencia de crecer con hermanos, aprendemos que no siempre podemos tener lo que queremos cuando lo queremos.
Tu hermano podrá exagerar, ser dramático, crear un caos enorme, pero sabe que al final siempre estarán allí el uno para el otro.
Los hermanos no necesitan decir nada. Pueden sentarse uno al lado del otro durante horas sin sentirse incómodos, y pueden calmarse sin decirse una sola palabra. La simple presencia de tu hermano te enseña que, pase lo que pase, todo estará bien.
3. A desafiarte a ti mismo
Las personas con hermanos saben mejor que todo debe ser ganado con méritos, y que por cada persona que está por encima de ti, hay alguien más encima de ellos. Si tienes hermanos, seguramente competiste con ellos. Probablemente fue una fuente de frustración continua, pero esto te enseñó a esforzarte.
Además, compartir tu vida con tu hermano te ayuda a aprender de tus errores y los de los demás. Sus errores también son tuyos, en cierto sentido.Lo mismo es cierto para tus éxitos.
4. Compartir
Con tus hermanos aprendes a compartir cosas materiales e inmateriales, desde tu espacio, tu ropa, tus juguetes, el amor de tus padres, tu destino y más. Si tienes hermanos, sabes que en este mundo no hay nada que sea exclusivamente tuyo. Además, en tu relación con tu hermano encuentras muchas circunstancias en las que tienes que repensar tus prioridades una y otra vez.
Cuando tienes un hermano, sabes que no hay nada que sea 100% tuyo,incluso cuando afirmes con todas tus fuerzas que sí lo es. Este será el objeto de muchas disputas interminables, pero al final no importa, porque tener a alguien con quien compartir alegrías y tristezas no tiene precio.
Además, los hermanos viven fuera de los efectos del tiempo, porque a pesar de todos los años que han pasado juntos, continuarán compartiendo bromas, risas, dolor, lágrimas y alegría para siempre, porque el vínculo entre hermanos dura para siempre, sin cambios.
5. Trabajo en equipo y negociación
Entender que no somos el centro del universo es una lección difícil de aprender. Con nuestros hermanos entendemos que el éxito radica en aprender a cooperar con los demás y en comprender que no hay una fuerza más poderosa que la comprensión y el trabajo hacia un objetivo en común.
“Cuando los hermanos trabajan juntos, las montañas se convierten en oro”.
– Proverbio chino
Vale la pena dejar todo de lado, porque la relación entre hermanos te enseña que las diferencias siempre pueden resolverse si estás decidido y dispuesto a cooperar. Desde la ternura de la infancia, colaborar y negociar con nuestros hermanos nos ayuda a comprender que la unidad hace la fuerza.
6. Perdonar
El perdón es una de las lecciones más importantes que aprendemos de nuestros hermanos. ¿Cuántas veces escuchamos a nuestros padres decir ‘hagan las paces, o de lo contrario…‘? Esta amenaza no te convencería del todo que tu hermano merecía el perdón, pero inmediatamente después de que le dabas la mano, parecía que lo perdonaste.
Aunque después de eso podrían pasar minutos, horas o días de hostilidades, de alguna manera te diste cuenta de que perdonar y olvidar fue lo mejor para los dos. En última instancia, los hermanos se enseñan mutuamente que no hay brechas entre las personas que se aman, ni como niños ni como adultos.
7. Amar incondicionalmente
La relación entre hermanos te enseña a amar por encima de todo y a apreciar a aquellos que no te dicen lo que quieres escuchar, que te molestan, te hacen enojar, roban tus cosas, quieren lo que tú quieres, etc.
Los hermanos pueden distanciarse entre sí en diferentes momentos de sus vidas, es normal, pero siempre serán amigos sin importar lo que pase.
Darías la vida por tu hermano y ellos darían la vida por ti. No importa lo que suceda, se mantendrán unidos a través de las dificultades. De hecho, un hermano o hermana puede convertirse en un superhéroe en momentos difíciles.
En resumen, los hermanos te hacen sentir algo único y especial. Para ellos, siempre serás insustituible, como ellos lo son para ti. Y nadie puede ponerle precio a esto.