Plantar más árboles podría mejorar la salud de las abejas, indica estudio sobre la contaminación del aire
La contaminación del aire causada por el ser humano afecta a todas las formas de vida en el planeta, especialmente a las abejas. Pero un nuevo estudio brinda esperanza sobre la presencia de plantas para mitigar los efectos negativos de las acciones del hombre.
Científicos de la Universidad de Sao Paulo y de la Universidad Estadual Paulista estudiaron a las abejas jataí (Tetragonisca angustula) como bioindicadores de la calidad ambiental para confirmar una relación directa entre la cantidad de vegetación de un lugar con la contaminación ambiental.
Las plantas actúan como filtro y barrera protectora, y cuanto mayor sea el área verde de una determinada región, menores serán los niveles de contaminantes en el ambiente, y en consecuencia, en las abejas, destacó el estudio.
Los hallazgos tienen importantes implicaciones puesto que las abejas son las principales polinizadoras del reino animal con una participación aproximada del 75% de todas las plantas cultivadas en el mundo.
El estudio midió los niveles acumulados de 21 elementos químicos en los tejidos de las abejas jataí recolectadas en ocho áreas del estado de Sao Paulo. Estas áreas tenían una cubierta forestal que oscilaba entre el 16 y el 70 %, y diversos tipos y niveles de actividad y presencia humana, como agricultura, caminos, ciudades, industrias, pastos y tierras degradadas.
El estudio muestra que las abejas que viven en áreas más boscosas tienen niveles más bajos de mercurio, cobre, cadmio y cromo en sus cuerpos. La principal fuente de metales pesados como el cadmio y el cromo son los agroquímicos utilizados en las fincas.
El estudio también muestra cómo los diferentes tipos de uso del suelo influyen en la presencia de los contaminantes que se encuentran en las abejas. Donde hay carreteras, por ejemplo, las abejas acumulan cromo, mercurio, aluminio, uranio, arsénico, plomo y platino en sus cuerpos. En áreas con suelos o pastos degradados, los principales contaminantes encontrados son zinc, cadmio, manganeso, magnesio, bario y estroncio.
Los hallazgos se suman a un creciente cuerpo de evidencia sobre la importancia de proyectos de mitigación como la forestación en áreas urbanas, dijo el coordinador del estudio Milton Cezar Ribeiro, profesor del Instituto de Biociencias de la UNESP.
Según Ribeiro, la ecología urbana es un campo que ha estado creciendo recientemente. Aborda la creación de corredores ecológicos urbanos desde una perspectiva ecológica y socioambiental.
“Creamos una herramienta para simular los mejores escenarios dentro de un contexto humano y no humano, donde se seleccionan ciertos grupos de plantas según las rutas para conectar el centro de la ciudad con las afueras”, destacó.
Ribeiro afirmó que cuidar los paisajes por separado sin conectarlos no es suficiente.
“Sembrar árboles en las calles es vital, así como fomentar el uso de la vegetación en las casas, edificios e incluso en las paredes”, resaltó.
Vía Mongabay