Nuestra Señora del Juncal, el galeón español hundido en aguas mexicanas que esconde un codiciado tesoro
No es un secreto que nuestro país fue y sigue siendo fuente de grandes riquezas que llaman la atención de otras naciones. Pero, ¿sabías que uno de estos antiguos tesoros continúa escondido frente a las costas de México? Se trata del galeón Nuestra Señora del Juncal, extraviado hace 390 años.
A continuación te presentamos su historia.
Antecedentes: la Flota de Indias
En la época colonial existió un mecanismo de rutas comerciales llamado Flota de Indias, que desde el siglo XVI hasta el XVIII transportaba tesoros de los virreinatos en América a España como oro, plata, piedras preciosas, cacao y más. Estas embarcaciones salían del puerto de Veracruz y llegaban hasta la ciudad de Sevilla.
Para que ningún otro país pudiera hacer negocios con las colonias españolas, el comercio estaba fuertemente controlado: por ley solo España podía conectar con ellas. Esto le ayudó a la Corona de Castilla a aumentar su riqueza y a convertirse en el Reino más rico de Europa.
Sin embargo, para 1622 este mecanismo económico comenzó a decaer por diversos motivos. Uno de ellos fue que las flotas estaban siendo afectadas por las tormentas y huracanes del Caribe, y en segundo lugar por los piratas que codiciaban los metales preciosos del Nuevo Mundo.
Esto aumentó con la amenaza de otras naciones que lograron establecer bases en el Mar Caribe. Entre ellas se encontraban Inglaterra y Holanda. Esta última tuvo una gran influencia en el extravío del navío en cuestión.
El naufragio de un gran tesoro
Para protegerse de posibles ataques de piratas o flotas de países enemigos, España estableció que los viajes comerciales entre América y Sevilla debían hacerse en grupo para protegerse unos a otros.
En el caso de la Nueva España, las embarcaciones comerciales eran escoltadas por dos navíos de guerra, almiranta y capitana. En 1630, la capitana de un convoy de 23 embarcaciones era el galeon bautizado como Nuestra Señora del Juncal.
El 28 de julio de 1630, casi dos meses después de la fecha prevista para su salida, Nuestra Señora del Juncal partió desde Cádiz rumbo a la Nueva España con la misión de llevar mercancías del Viejo Continente que debían venderse y distribuirse en esa colonia. Sin embargo, lo más importante para la Corona y los mercaderes era el viaje de regreso, donde se les llevarían riquezas como frutos exóticos, colorantes naturales, cacao, azúcar y, lo más esperado, metales preciosos.
Sin embargo, Nuestra Señora del Juncal no era la mejor elección para ser la capitana del convoy. Fue construida en 1622 por el contador Antonio de Ubilla con el propósito de ser una embarcación mercante y no un buque de guerra. Además, su gran tamaño y peso de 660 toneladas la convertían en un galeón torpe y difícil de manejar en las peligrosas aguas caribeñas. Aún así, el navío llegó a San Juan de Ulúa el 5 de octubre de 1630, tras poco más de dos meses de viaje.
Al llegar a México, los barcos debían esperar por lo menos un año para que los comerciantes pudieran vender sus productos y reunir los que llevarían de regreso a su patria. Sin embargo, una serie de infortunios retrasó la partida de Nuestra Señora del Juncal. La amenaza de los barcos holandeses que mantenían una guerra con España provocó el primer retraso. Después, un día antes de la fecha estimada de partida, falleció Miguel de Echazarreta, capitán de la flota. Tras sortear estos obstáculos, finalmente se temió partir pues ya era octubre, un mes peligroso en el que podían ser afectados por huracanes debido a la extensión de la temporada.
Las autoridades deliberaron y finalmente el barco partió desde Veracruz el 14 de octubre de 1631 rumbo a La Habana, donde habrían de reunirse con la Armada de la Guarda de la Flota de Indias para regresar a España. Pero a los cuatro días de haber zarpado comenzó a afectarles el mal tiempo. De salida, el galeón ya se encontraba en malas condiciones pues contaba con entradas de agua que no habían sido reparadas durante su estancia en México. También marchaba con sobrecarga, pues además de la tripulación de 300 personas, llevaba con un tesoro cuyo valor se estima en 4 mil millones de dólares (79 mil millones de pesos) constando en monedas de plata y reales, cacao, seda, cuero, tintes, maderas y otros metales preciosos.
Las tormentas debilitaron al galeón y terminaron por inundar sus bodegas. Fue necesario aligerar la carga y cortar el mástil mayor, pero aún así no lograron mantenerse a flote. Después de 10 días de lucha, la mayoría de los buques mercantes lograron regresar a tierra, pero Nuestra Señora del Juncal naufragó y se perdió una noche lluviosa frente a las costas de Campeche. El saldo fue de 39 sobrevivientes que se salvaron gracias a una pequeña lancha que también se encontraba en condiciones delicadas.
¿Qué pasó con el tesoro?
Hasta la fecha, ni los restos de la embarcación ni la mercancía que cargaba han sido localizados. Esto ha causado gran fascinación entre aventureros y amantes del mar, que no han descartado la idea de algún día encontrar dichos objetos.
En 2009, la empresa de exploración submarina Odyssey quiso llegar a un acuerdo con el gobierno de México para rescatar el tesoro, pero el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) no le concedió los permisos, con la finalidad de resguardar el patrimonio histórico.
Sin embargo, actualmente México trabaja en un acuerdo con España para recuperar el antiguo tesoro de la nave. En 2014, ambos países firmaron un memorándum de entendimiento para la cooperación en la gestión, investigación, protección, conservación y preservación de recursos y sitios del Patrimonio Cultural Subacuático. En él se estableció que, de encontrarse el tesoro, este sería legalmente de España, pero que se trata de un patrimonio cultural compartido.
En 2020, una exploración integrada por arqueólogos subacuáticos mexicanos y españoles estaba contemplada para realizarse en primavera o verano con el objetivo de buscar los vestigios del galeón. Sin embargo, debido a la pandemia por Covid-19, los trabajos fueron suspendidos.
Pero tras seis meses cerrado, el Museo Nacional de Arqueología Submarina de Cartagena, España, reabrió sus puertas al público, y con esto se retomaron los proyectos programados en 2020, entre ellos la campaña subacuática del navío ‘Nuestra Señora del Juncal’ en colaboración con el INAH.
Con información de “La flota de la Nueva España 1630-1631” (2018) de Flor de María Trejo, INAH, El País, Gobierno de México, Latinamerican Science, Arqueología Mexicana e Info En Punto.
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