Las buenas conversaciones pueden tener un impacto positivo en nuestros cerebros
Existen pocas cosas en la vida que pueden hacernos felices y llenarnos de energía como una conversación positiva. En este tipo de charlas, sientes que te escuchan, y a su vez, la otra persona se siente importante al ser escuchada. Por lo tanto, se crea una conexión real entre ambas personas, que comparten experiencias, sentimientos, opiniones y palabras amables y alegres. Este tipo de conversaciones son un verdadero bálsamo espiritual.
Aunque sabemos de antemano que las conversaciones positivas son de gran beneficio para nuestro estado de ánimo, la ciencia lo ha comprobado mediante investigaciones recientes. Lo que lograron demostrar fue que un diálogo constructivo tiene la capacidad de modificar nuestros patrones cerebrales. La neuroquímica también muestra cómo este tipo de conversaciones puede afectar nuestro cerebro para bien.
Por ejemplo, Mark Waldman y Andrew Newberg son investigadores del comportamiento humano. Ambos realizaron una extensa investigación y escribieron un libro titulado “Las palabras pueden cambiar tu cerebro”.
La investigación que realizaron ha revelado información muy interesante sobre las palabras y las conversaciones positivas. Descubrieron, por ejemplo, que la palabra ‘No‘ activa la producción de cortisol, la hormona del estrés, misma que nos pone en alerta y debilita nuestras capacidades cognitivas.
Por el contrario, la palabra ‘Sí‘ hace que nuestro cerebro comience a liberar dopamina. Esta es una hormona que regula los mecanismos de gratificación. Produce una sensación de bienestar y también refuerza una actitud positiva hacia la comunicación.
En otro estudio interesante llevado a cabo por el Instituto Creating WE, se estudió el efecto de las palabras de los jefes en sus empleados. Descubrieron que las expresiones cariñosas y cálidas aumentaban la producción de oxitocina. Pero no solo eso, mediante el uso de estas expresiones también se logró aumentar la capacidad intelectual de los empleados y los hicieron más productivos.
A partir de los resultados de sus investigaciones, Waldman y Newberg crearon un concepto que poco a poco gana relevancia. Lo llaman “comunicación compasiva”, y se refiere a un tipo de comunicación que fomenta el respeto y la sinceridad hacia la otra persona. Este es exactamente el tipo de comunicación que tiene lugar cuando tienes una conversación positiva.
Además, los investigadores también descubrieron uno de los ingredientes cognitivos que caracteriza las conversaciones positiva. La gente comprende mejor cuando las ideas se tratan por separado y cuando no son más de cuatro. En otras palabras, existe una mayor certeza de que las personas comprenderán lo que les dices si no se abordan varios problemas al mismo tiempo. Otro punto importante es esperar al menos de 30 a 40 segundos antes de pasar de un tema a otro.
Waldman y Newberg también encontraron que ciertas palabras tienen un impacto profundo en las personas. Estas son las palabras ‘pobreza’, ‘enfermedad’, ‘soledad’ o ‘muerte’. Estas expresiones afectan la amígdala cerebral (el principal núcleo de control de las emociones y sentimientos en el cerebro), provocando pensamientos negativos. Sin embargo, también descubrieron que se puede suavizar el efecto de estas palabras, pues se logra minimizar su connotación negativa evitando usarlas al principio o al final de una oración.
Como es imposible eliminar todas las palabras negativas, siempre es bueno compensarlas con palabras positivas. Lo mismo ocurre con las conversaciones. Cuando la comunicación ha sido negativa, debe compensarse con una conversación positiva. Esto trae equilibrio, no solo a la conversación, sino también a la química de nuestro cerebro.
Vía Exploring Your Mind.