
Disciplina, base de los triunfos del boxeador sonorense Juan Francisco “El Gallo” Estrada
Foto: www.wbaboxing.com (La Asociación Mundial de Boxeo lo nombró boxeador del mes de abril 2021)

Por: Mirna Jiménez Virgen
Considerado como uno de los 10 mejores del mundo libra por libra, el boxeador profesional Juan Francisco “El Gallo” Estrada tiene 31 años; ha obtenido la victoria en 42 de 45 combates; un gimnasio en Hermosillo, Sonora, lleva su nombre y actualmente es Campeón Unificado del Mundo de los pesos Super Mosca de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y el Consejo Mundial de Boxeo (CMB), además de obtener el cinturón The Ring Magazine.
Hoy, “El Gallo” Estrada tiene todo lo que soñó desde niño y mucho más, pero nada ha sido producto de la suerte.
El factor fundamental para permanecer en ese camino, donde nada lo distrae, es la disciplina.
Disciplina para entrenar, para cumplir con una adecuada alimentación, para llevar orden en su vida personal y disciplina para inculcarla en su hijo y en todos los niños que se acercan a conocer y pedir consejos a su ídolo, “El Gallo”.
Juan Francisco Estrada Romero nació en Puerto Peñasco, Sonora; antes de cumplir 7 años, situaciones familiares lo llevaron a radicar en Mexicali, Baja California y Los Mochis, Sinaloa, hasta que él, dos hermanos y una hermana, se establecieron de nuevo en Puerto Peñasco bajo el cuidado de su tía Lupita.
Cuando tenía 9 años, uno de sus hermanos comenzó a entrenar box en esa ciudad y lo invitó a probar. Pero no fue en un gimnasio, sino en una casa cercana a la suya.
“Cuando íbamos a la primaria caminábamos y teníamos que pasar por esa calle y siempre veíamos un costal de boxeo colgado de un árbol. Ya cuando veníamos de regreso, veíamos al papá del niño que vivía ahí, entrenándolo, y nos parábamos cerca del cerco y nos quedábamos viendo, hasta que en una de las veces ya el señor se acercó a nosotros y nos invitó a pasar, más que nada para ver al niño. Dentro de su casa tenía trofeos, medallas y fue algo que por lo menos a mí me emocionó, dije ‘qué bonito’”.
“El niño era más chico que yo y ya tenía tantas medallas, eso me emocionó y empezamos a entrenar con él. Nos dijo ‘pueden venir cuando quieran y aquí está el gimnasio’, que de hecho ni gimnasio era. ‘Yo no soy entrenador, pero entreno a mi hijo, él va al gimnasio municipal, ya tiene muchas peleas…’ y ya de allí nos quedamos”, recuerda.
En esa experiencia aprendió lo esencial del box y el mismo señor los llevó al gimnasio municipal donde iniciaron un entrenamiento más formal con Juan Carlos González hasta que, cuando se graduó de secundaria a los 15 años, Juan Francisco se trasladó a Hermosillo.
Su destino estaba trazado, el joven quería dedicarse al box. Continuó con su formación en la capital de Sonora y desde los 16 años intentó debutar profesionalmente, pero por una u otra razón no se concretaban las peleas.

“Mi entrenador en Hermosillo, que era el entrenador de la Selección Sonora, me dijo ‘no debutes; tienes 16 años, puedes ir a Olimpiada Nacional y por qué no, a unos Juegos Olímpicos’. Nos convenció y volví a CODESON (Comisión del Deporte del Estado de Sonora) que era donde peleábamos los nacionales”.
“A los 16 y 17 obtuve medalla de oro y era hora de que no nos llamaba el Comité Olímpico y yo decía, ‘¿cuándo?’ Estaba desesperado porque quería ver resultados en cuanto a que nos jalara el Comité Olímpico. Nosotros entrenábamos duro, ganábamos medallas de oro, pero no se veía nada claro”.
Estuvo hasta los 18 años compitiendo en representación de Sonora, pero él quería ir más allá dentro del boxeo: “mi entrenador José Alfredo Caballero que hasta la fecha sigue siendo mi entrenador, me dijo ‘vamos a darle, vamos a debutar profesional’. Y ya debutamos aquí en Hermosillo, profesional, a los 18 años”, relata.
Su debut fue en peso Gallo en una pelea contra Sergio Chávez que ganó a 4 rounds y marcó el inicio de su imparable carrera.
Después de esa pelea hizo muchas otras en peso Gallo y Pluma; bajó de nuevo a Gallo, luego a Super Mosca y en los encuentros más duros de campeonato o eliminatorias comenzó a bajar a Mosca, peso en el que se sentía bien cuando era amateur. En su primera pelea de Campeonato del Mundo bajó a Mini Mosca y actualmente ostenta el título de Campeón Mundial Super Mosca unificado de la Asociación Mundial de Boxeo y el Consejo Mundial de Boxeo.
“El Gallo” Estrada fue un niño lleno de sueños, trabajó para cumplirlos y logró más de lo que soñó. Además del gusto por el box, en su adolescencia imaginó ser famoso luego de que en un evento deportivo en Puerto Peñasco vio llegar como invitados a la exatleta Ana Gabriela Guevara y al boxeador Roberto “Mako” Leyva. De éste le impresionó su vestimenta deportiva, el vehículo en el que arribó y el cariño de la gente que los recibió.
En ese momento se propuso ser como él y que lo vieran de la misma manera. “Y pues gracias a Dios ya me ha tocado hacer todo eso y ahora se me hace normal. Pero ese fue mi sueño, mi motivación”.
“Cuando era chico yo decía ‘algún día voy a tener mucho dinero para ayudar a mi familia primordialmente y en un futuro ayudar a la gente’. Mucha gente te pide apoyo y si tienes, por qué no dárselo”.
Lo ha cumplido. Realiza una labor social dirigida principalmente a niños con visitas a hospitales para motivarlos con su presencia y regalos en fechas especiales. En redes sociales se une a campañas de apoyo a pequeños que lo requieren para superar situaciones de salud.
“He logrado más de lo que imaginé, de lo que soñé, pero una meta, te lleva a otra y si ya cumpliste la meta, tienes que ir sobre otra y sobre otra, hasta que me retire del boxeo, en mi caso”, señala.
En el camino de los sueños el esfuerzo es individual, pero se requiere que alguien más crea en el talento y brinde apoyo para llegar a la meta. En el caso del “Gallo” Estrada ese respaldo lo recibe de su entrenador, su familia y los patrocinadores; personas, organismos y empresas que han confiado en sus habilidades y que le acompañan en todas sus peleas, como el complejo turístico de Puerto Peñasco Las Palomas Beach & Golf Resort.
“Siempre han estado conmigo, tanto Las Palomas como la OCV (Oficina de Convenciones y Visitantes de Puerto Peñasco). Gracias a Dios nos ha tocado hacer peleas grandes de campeonato del mundo, siempre han estado apoyándome y nosotros le agradecemos. Y ponemos el logo para darles la proyección que merecen”.

Conserva además buena relación con la gente de Puerto Peñasco, donde lo reciben con alegría al regreso de cada una de sus peleas ganadas
“Cuando volví en 2013 que fue mi primera pelea de Campeonato del Mundo que gané contra Brian Viloria en China, llegué a Peñasco 15 días después; antes estuve en Hermosillo y en México en entrevistas. Cuando llegué a Peñasco tenían todo organizado, fue cuando me paseé en un carro de bomberos… mucha, mucha gente me recibió y fue algo muy bonito”.

“El Gallo” Estrada tiene presente su etapa de niño, cuando tenía sus propios ídolos y entiende por qué la mayoría de los admiradores que se acercan a felicitarlo y tomarse la foto con él, son niños.
“Creo que soy una motivación para ellos. Soy un joven que ya tengo cuatro campeonatos mundiales y la verdad, muchos niños quieren ser como el “El Gallo” Estrada, quieren ser campeones del mundo, en el box o en otro deporte. Por eso es que los niños se me acercan. Siempre trato de motivarlos, que sean disciplinados, que eso es lo que los va a llevar al éxito: la disciplina y las ganas”.

Pide a los padres que apoyen a sus hijos en la actividad que elijan y que procuren reducir el tiempo en que los niños pasan frente al celular, ofreciendo la lectura y la práctica del deporte como buena alternativa.
Las tentaciones para derrochar lo material, consumir sustancias o sentirse merecedor a inalcanzable, están presentes en todas las profesiones y el box no escapa de ese riesgo.
Pero “El Gallo” Estrada se mantiene centrado, sano y alejado de todo lo que podría dañar no solamente su carrera, sino a su familia y sus sueños, gracias a ese elemento que le acompaña siempre: disciplina y más disciplina.

Señala que, “no me pasó de empezar a gastar a lo loco, con las amistades, en borracheras, en fiestas… gracias a Dios no me pasó porque yo siempre he sido muy apegado a mi familia”.
“Eso es lo que me ha ayudado: ser disciplinado, ya sea conmigo, con mi familia, con la gente que se acerca, yo les dejo claro que eso es lo primordial. Creo que eso es lo que muchos boxeadores o artistas no hacen porque ellos dejan entrar a cualquier persona”, señala.
Con miles de seguidores y admiradores en todo el mundo, Juan Francisco Estrada mantiene una firmeza y humildad que sorprende, no se siente más, ni menos que nadie. Su entorno no se ha modificado, acude a lugares como el tianguis y se muestra accesible.
“Yo sigo igual y eso a la gente le ha gustado, que siempre me he mantenido con los pies en la tierra”.

En las peleas, como en la vida, Juan Francisco Estrada va de menos a más. Eso lo diferencia de los demás boxeadores; no se agota ni se rinde a la primera, sabe hacia dónde se dirige y no escucha a quienes le dicen que no puede.
El box es lo que le gusta, a lo que se dedica al cien por ciento, donde obtiene resultados y cada vez va por algo mejor, con trabajo y habilidades.
“Yo digo que es un don de Dios, es lo que Él me dio y desde que empecé dije, si Dios me dio un don hay que aprovecharlo y lo aproveché. Todo mundo piensa que es fácil, que tienes todo a la mano, pero hay que trabajar. A todos nos dio Dios un don, y no solo para el deporte sino para cualquier otra cosa; pero hay que trabajarlo y ser disciplinado que es lo más importante. Eso es lo que me ha ayudado como ser humano y como deportista”.
El récord de un Campeón del Mundo

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