
Chiltepín, fuente de empleo y esperanza de los habitantes del Río Sonora
Foto: Vista aérea de un campo de cultivo de chiltepín en Baviácora, Sonora | El Imparcial

Compartido por: Luis Fernando Heras Portillo
El chiltepín es un picante que está presente en la gran mayoría de las cocinas de Sonora. Su sabor no solo ha cautivado a decenas de generaciones que han heredado la tradición de consumirlo en desayunos, comidas y cenas, sino también a un amplio mercado de restauranteros, chefs, comensales de toda la república y del extranjero, y, por supuesto, a nostálgicos sonorenses que viven fuera de su tierra pero añoran el sabor de casa.
A pesar de su popularidad, el chiltepín es considerado un cultivo especial pero de difícil cosecha, pues aunque existen plantaciones, gran parte de este crece de manera silvestre en zonas del Río Sonora y al sur del estado. Se estima que de 100 plantas de chiltepín, solamente de 10 a 15 de ellas logran germinar.
Pero tanto en su complejo cultivo como en la cosecha y comercialización están involucrados seres humanos, y detrás de cada mano que lo recolecta existe una historia de superación, esfuerzo y esperanza. Una historia caracterizada por el perpetuo valor sonorense del trabajo y también del orgullo de encontrar en la misma tierra el sustento para su familia.
Algunas de estas historias son relatadas en el reportaje “Encuentran en Baviácora el ‘oro rojo’”, la segunda de tres partes de un interesante trabajo periodístico sobre el cultivo del chiltepín en la zona del Río Sonora, realizado por Gamaliel González para El Imparcial, mismo que se comparte a continuación.
Encuentran en Baviácora Sonora, el “oro rojo”


Por: Gamaliel González
El Imparcial
La paciencia y dedicación de Francisco Alfonso López Robles enfocada en hacer germinar semillas de chiltepín para su cultivo ha rendido frutos para el pueblo de Baviácora, que ha encontrado en este producto una fuente de empleo para jóvenes y adultos.

“Me da mucho gusto que ahora hay una fuente de empleo, si no llueve al menos hay una fuente de empleo con más seguridad de que va a haber producto, se genera muchísimo empleo, ahorita ya hay seguridad de que se puede cosechar ciertas cantidad de toneladas, incluso podría exportarse”, manifestó López Robles.
Los habitantes del Río Sonora han logrado cultivar el chiltepín y esto ha hecho que estén empezando a combinar sus labores tradicionales con la siembra de este producto.
“Amansa” el chile
Uno de estos casos es Miguel Ángel Benítez, de 65 años de edad, quien se había dedicado a adiestrar caballos por muchos años, pero justo en este año incursionó en la siembra del chile.
“Trabajé desde los 15 años amansando caballos y ahora le estamos haciendo la lucha al chiltepín”, externó.
Por amansar un caballo gana 5 mil pesos, le toma tres a cuatro meses por animal que doma, pero a veces alimentar al equino se complica y esta es una de las razones que incursionó en el chiltepín.
En diciembre cultivaron el almácigo o semillero, el trasplante a suelo lo hicieron en marzo y para agosto estaban las plantas midiendo los 80 centímetros y ya los frutos se estaban poniendo con su tonalidad rojiza que indican están listos para la cosecha.
La siembra ha venido a cambiar la economía de Baviácora y de los pueblos del Río Sonora, ahora los jóvenes que no tenían empleo y personas adultas se le puede ver piscando.

José Verdugo Cohen, de 62 años, el hombre que cabalgaba kilómetros para recoger el “oro rojo”, fue uno de los primeros habitantes del Río Sonora que le creyó a Francisco Alfonso y sembró la variedad de su chiltepín.
Los tiempos en que José piscaba 80 litros por temporada en los cerros, enfrentándose a víboras que estaban bajo las matas o las crecidas del río, han quedado atrás, tan sólo el año pasado llenó cerca 2 mil recipientes de a litro.
Comenzó sembrar hace seis años y ha creado 16 a 23 de empleos en la temporada y la mayoría de los jornaleros son jóvenes.
Pago por envase
Cada trabajador gana 50 pesos por envase de litro que llena de chiltepín verde que corta, algunos de ellos entregan de 7 o hasta 20 litros por día.
“Ahorita lo que ocupamos nosotros es un apoyo de parte del Gobierno, que hubiera una parte donde nosotros entregáramos el chiltepín… tener un precio accesible”, dijo.
Actualmente los productores venden el cultivo a quien se acerque primero y que ofrezca un mejor precio. Los compradores provienen de Hermosillo, Mexicali, Tijuana, Nuevo León, Guerrero, Chiapas y Sinaloa.
A pesar de que la calidad es aprobada por sus clientes no han podido exportarlo a los Estados Unidos después de la desgracia del 6 de agosto del 2014, cuando la empresa minera derramó tóxicos al Río Sonora.
Esto afectó a la marca de los productos de la región, sin embargo ellos ven en el chiltepín una esperanza.
Piscan y estudian

Jesús Francisco Maldonado Heredia, tiene 19 años de edad, estudia Administración de Empresas en la Universidad Estatal de Sonora, pero debido a la pandemia está llevando las clases a distancia.
Desde muy temprano llegan a piscar para evitar el calor ya que la temperatura alta y lo enchiloso de la planta produce ardor en las manos.
“Como es mucho chiltepín, empiezan a arder así, ahorita este es el quinto litro que tengo, y pues te tienes que acostumbrar… echándote lodo ya se te calma”, contó.
Los guantes no son una opción porque al no tener el tacto sensible dañan el producto al aplastarlo.

Casandra María Herrera, de 22 años estudia Criminología en la Universidad Estatal de Sonora y aprovecha que lleva las clases a distancia para trabajar en la recolección.
Jonathan Gautrín, de 28 años, es uno de los jóvenes productores que aprendió de Francisco Alfonso. Estudió Sistemas Computacionales, estaba laborando para una empresa, pero al quedar sin empleo regresó a su terruño.
Su padre le recomendó que hablara con Francisco Alfonso y empezó a sembrar en el 2019.
Crea túneles solares

Jonathan cultiva tres variantes de chiltepín, pero además creó unos túneles solares para agilizar el secado del chile.
“A los túneles solares le caben hasta 600 litros, fue dada la necesidad ahora están saliendo muchos litros más, no me doy abasto con los secados tradicionales que es el de lona negra o plásticos negros en el piso, está entrando mucho chiltepín y así como esta entrando tiene que ir saliendo”, comentó.
En las tierras de Jonathan antes se sembraba alfalfa y cebada, pero en el chiltepín ha hallado el producto ideal para generar empleo y obtener mayor beneficio y así hacerles ver a los pobladores que en este lugar hay futuro.
“Encuentran en Baviácora Sonora, el ‘oro rojo’” es la segunda de tres partes del reportaje de El Imparcial sobre el cultivo del chiltepín en la zona del Río Sonora. Para leer la primera y tercer entrega, visita su sitio web www.elimparcial.com