5 tipos de amistades que haces cuando viajas
Los nuevos amigos en ocasiones llegan de lugares comunes como la escuela, el trabajo o en clubes sociales y deportivos. Sin embargo, existen otros tipos de amistades que llegan de donde menos te lo esperas, como en los viajes. Aparecen en los aviones, restaurantes, bares y hoteles. Quizás no se queden en tu vida por mucho tiempo, pero la impresión que dejan a veces es más duradera y profunda que las de quienes nos encontramos en nuestro día a día.
La palabra “amigo” puede sonar como una palabra de gran peso como para aplicarla a alguien que conocimos hace menos de 24 horas, pero las personas que conocemos mientras viajamos ocupan un lugar especial en nuestros corazones. Como lo dijo Tim Cahill: “Un viaje se mide mejor en amigos que en millas”.
De alguna manera, esos amigos fugaces que nunca volveremos a ver logran tocar nuestras vidas. Si bien los tipos de amigos de viajes son variados e ilimitados, a continuación te compartimos cinco de ellos:
1. Tu compañero de asiento del avión
Los aviones son el lugar perfecto para simplemente “pasar el rato”. Los compañeros de asiento de avión son los amigos que haces ‘en contra de tu voluntad’. Son las personas con las que hablamos porque estaremos en el mismo sitio durante un buen rato.
Claro, siempre puedes elegir estar pegado a tu película o podcast, pero si abres la conversación con la persona que tienes al lado, puede que encuentres una buena amistad. Cuando pasas horas sentado tan cerca de alguien, no puedes evitar conectarte.
La persona que se sienta a tu lado en el avión podría tener para ti una buena anécdota, algunos consejos de viaje, quizás algún interés en común contigo o simplemente podría ser una persona dispuesta a escucharte con amabilidad si eres tu el que desea solamente conversar.
2. La pareja mayor
Los matrimonios de personas adultas mayores son quizás los mejores amigos de viaje para quienes viajan por primera o vez o para quienes se encuentran solos en un lugar desconocido.
En muchas ocasiones son padres cuyos hijos ‘ya dejaron el nido’ o personas jubiladas que se van de vacaciones por temporadas. Tal vez los conozcas durante una visita guiada por la ciudad, en un crucero, en un bar o mientras paseas por un museo.
La amistad con ellos es de corta duración, pero eso no importa. Es tan agradable y reconfortante como encontrar a tu propia familia en un destino lejos de casa. Quizás no salgas de fiesta con ellos pero la conversación que mantengas con la pareja mayor se sentirá muy cómoda, cálida y natural.
3. Personas locales que te ayudan
Viajar es una de esas acciones que en ocasiones restauran tu fe en la humanidad. Cuando estamos en problemas, siempre aparece alguien que busca ayudar por el simple hecho de hacerlo. Ya sea que tu llanta se haya quedado atascada en la arena, que te hayas perdido en medio de la ciudad o que tu teléfono se haya quedado sin batería, la ayuda de otros es un gran alivio cuando estás lejos de casa.
Estas pequeñas acciones son más que suficientes para inspirarnos a ser agradecidos, generosos y caritativos. Si el problema es tardado (como una falla mecánica), el tiempo que pasamos con quienes nos ayudan termina siendo una valiosa oportunidad para conocer más a esta persona, desde su vida, cultura, profesión y consejos para pasarla bien en el destino que visitas.
4. Los otros viajeros
Viajar es una experiencia unificadora. Ya sea que viajes solo, con familia o con amigos, es fácil hacer amistad con personas que se encuentran en tu grupo de excursión, en las áreas comunes del lugar donde te hospedas o en cualquier otra parte de tu viaje.
Naturalmente, con ellos compartes situaciones en común: se encuentran en un lugar lejos de casa, buscan vivir nuevas experiencias, divertirse y pasarla bien en su viaje. Esto es un potencial iniciador de amistades.
Algunas de estas personas se desvanecen casi tan rápido como tú lo haces para ellos. Esto no significa que es porque no tengan una conexión genuina, sino que algunos amigos están destinados a permanecer en nuestras vidas durante un instante fugaz. Pero en algunas ocasiones, estas amistades perduran y cuando menos lo piensas, después de tus vacaciones estás conversando con ellos, a la distancia, a un nivel de confianza similar al que tienes con las personas que ves todos los días.
5. El compañero de hostal
Si eres un aventurero que viaja solo y se hospeda en un alojamiento tipo posada u ‘hostal’, tu compañero de habitación podría ser de dos formas: una persona con quien no coincides en cuanto a hábitos o estilo de vida, y por lo tanto no te cae bien, o alguien que podría convertirse en tu nuevo mejor amigo.
Tener un compañero de cuarto es como un curso intensivo de amistad. Por lo general, conoces a una persona durante años antes de decidir vivir con él o ella. Pero alojarse con un extraño en un lugar desconocido prepara el escenario para crear una conexión profunda bastante rápido.
Juntos pueden vivir nuevas experiencias, compartir consejos, comida o simple compañía. Los compañeros de hostal nos brindan una confianza especial para salir a explorar el mundo, sin importar si te encuentras en las calles de Bangkok, en la Ciudad Vieja de Praga o en las playas de Barcelona.
Con información de Matador Network y For The Love of Wanderlust