
William Walker, el filibustero que intentó establecer la República de Sonora
Desde tiempos remotos, las riquezas de nuestro país han sido codiciadas por el resto del mundo. Aunque Sonora es un estado desértico, no se queda atrás y alberga una infinidad de tesoros naturales que en varios momentos de la historia también han corrido el riesgo de llegar a manos extranjeras.
Pero sin duda, una de las etapas más recordadas fue aquella en la que Sonora por poco se convierte en una república independiente por iniciativa de un estadounidense llamado William Walker, a quien parecía que la mala suerte lo perseguía.
La fiebre del oro y las expediciones filibusteras
A este curioso episodio de la historia sonorense le antecede un enorme y conocido fenómeno social: la fiebre del oro de California, ocurrida entre 1848 y 1855 cuando grupos de inmigrantes llegaron al estado justo después de que este fuera incorporado a Estados Unidos bajo los términos del Tratado de Guadalupe-Hidalgo para buscar el metal precioso.

Los más conocidos fueron los ‘forty-niners‘ (’49’s’ por haber llegado a San Francisco en 1849), quienes cruzaron el país en caravanas que incluían también europeos, asiáticos y latinos, todos motivados por la máxima de que “el oro era libre para ser reclamado”, pues consideraban que no había propiedades privadas ni impuestos que pagar por él.

Siendo Sonora un estado fronterizo, pronto muchos extranjeros comenzaron a preguntarse si también podían encontrar oro y hacer fortuna en México. A estas personas se les conoció como ‘filibusteros‘.
Sus aventuras eran caracterizadas por surgir de manera independiente, sin ordenes oficiales de gobierno y con el objetivo principal de aumentar sus riquezas iniciando guerras armadas contra indígenas y autoridades mexicanas.

Se dice que uno de los primeros filibusteros en Sonora fue Gastón de Raousset-Boulbon, un francés que en 1852 intentó independizar al estado, atacando Hermosillo y posteriormente Guaymas, donde fue vencido y fusilado en 1854. Esta segunda incursión fue inspirada por las acciones que otro filibustero emprendió un año antes. Se trataba de William Walker.
La República de Sonora
William Walker nació el 8 de mayo de 1824 en Nashville, Tennessee. A los 26 años, se mudó a California motivado por las nuevas oportunidades que se abrían durante la fiebre del oro. Consiguió trabajo en el San Francisco Daily Herald, donde se desempeñó como periodista.

Habiéndose enterado por diarios locales que en Sonora se estaban llevando a cabo expediciones filibusteras y que también estaba siendo atacado por apaches buscando oro, Walker consideró que él mismo podía colonizar Sonora y Baja California, por lo que se organizó con otros aventureros y consiguió financiamiento de empresarios de San Francisco que también codiciaban las riquezas del norte de México, con lo que logró embarcarse en una desmedida travesía.
El cálido verano de 1853, William Walker llegó al puerto de Guaymas argumentando que él y sus hombres -todos con pasaporte en regla- habían llegado con la intención de defender al estado de los apaches; a cambio, solicitaban permiso para formar una colonia e iniciar una expedición minera. Sin embargo, las autoridades mexicanas les prohibieron la entrada, haciéndolos regresar a San Francisco donde Walker planeó en forma su conquista.

Sin formación militar y con un ejército de aproximadamente 100 hombres, Walker utilizó un barco del cónsul de Estados Unidos en Guaymas e invadió La Paz, proclamando el 3 de noviembre de 1853 la República de Baja California, izando una bandera y nombrándose a sí mismo presidente. Decretó que su república se sujetaría a las leyes del estado Louisiana, Estados Unidos, donde la esclavitud era legal.

Sin embargo, temeroso por la reacción de la milicia mexicana, que eventualmente recuperó La Paz, Walker se trasladó a Cabo San Lucas, y después a Ensenada. Su objetivo principal continuaban siendo las tierras sonorenses, por lo que en ese mismo lugar proclamó la República de Sonora, nombrándose ahora el primer presidente de Sonora el 18 de enero de 1854. Al hacerlo, cambió la bandera por una de dos franjas rojas y una blanca, con dos estrellas en el centro que simbolizaban ambas regiones.

Con esta acción esperaba encender un movimiento separatista y motivar a su ejército a iniciar la batalla para conquistar Sonora. Walker pidió ayuda al gobierno norteamericano para defender la independencia de Baja California y anexar el territorio de Sonora. Se cree que su intención era convencerlos de que, al apoyarlo, se logaría algo similar a lo que pasó con Texas, es decir, crear una república independiente para después incorporarla a Estados Unidos. Sin embargo, las autoridades rechazaron la solicitud e impidieron el envío de refuerzos, pues con ello se violaban las leyes de neutralidad.

Sin apoyo, enfermos, hambrientos y vagando en un territorio desértico, los hombres de Walker fueron desertando poco a poco antes de siquiera llegar a territorio sonorense. A su vez, el filibustero era asediado por las tropas de Antonio María Meléndrez, quien era ayudado por grupos indígenas.

Finalmente, el 8 de mayo de 1854, en su cumpleaños número 30, Walker y poco más de 30 hombres se rindieron ante autoridades estadounidenses, poniendo fin a la autoproclamada República de Sonora. Fue trasladado a San Francisco donde fue juzgado por violar la ley de Neutralidad de 1794 y el Tratado de Guadalupe-Hidalgo de 1848. A pesar de esto, se le declaró ‘no culpable‘ y fue puesto en libertad por un tribunal federal.
¿Qué sucedió después con William Walker?
A pesar de su fallida aventura, Walker fue llamado por la facción liberal de la guerra civil nicaragüense en 1856. Dirigió la toma de Granada y se convirtió en uno de los hombres más poderosos de ese país. Fue nombrado presidente de Nicaragua ese mismo año.
El plan de Walker era formar un gobierno federal unificando los países centroamericanos y Cuba. Sin embargo, este propósito contrariaba al de otros partidarios que deseaban anexar el territorio de Nicaragua a Estados Unidos. Para derrocarlo, el millonario Cornelius Vanderbilt se apropió de los hombres de Walker y lo venció en 1857.
Nuevamente derrotado, Walker se entregó al ejército estadounidense, regresando a California. En 1860 planeó recuperar el poder y viajó a Centro América, pero fue capturado por tropas británicas, extraditado a Honduras, sentenciado a muerte y finalmente ejecutado el 12 de septiembre de 1860.

Los restos del desafortunado filibustero yacen en Trujillo, Honduras. No obstante, su lucha no fue en vano. De acuerdo con el historiador Robert E. May, las campañas de William Walker en Centroamérica motivaron el nacionalismo nicaragüense, la unidad centroamericana y un sentimiento de furia antiestadounidense.
Con información de Relatos e Historias en México, Memoria Política de México, Tribuna de San Luis, Anécdotas Sonorenses, La Vanguardia y Biografías y Vidas.