
Alan Villa, pintor y escultor sonorense que destaca en el centro del país
“Ser artista es mantenerse en la búsqueda siempre y arriesgarlo todo”, afirma.
Un sonorense que toma la decisión de probar su talento más allá de las fronteras del estado y que logra sus objetivos, es siempre motivo de orgullo.
Sonora Star busca dar a conocer artistas como Alan Villa, cuyas obras hablan de ese talento pero, sobre todo, de pasión, trabajo y disciplina.

Por: Mirna Jiménez Virgen
Sus obras están en colecciones privadas y públicas de México y otros países; algunas ya forman parte del acervo cultural de estados como Sonora y Querétaro.
Pinturas y esculturas que son diferentes entre sí porque surgieron en distintas etapas, pero que llevan su sello, la esencia que les hace inconfundibles como para decir: “es un Alan Villa”.
Este pintor y escultor que nació en Sonora lleva el alma del estado a otros lugares desde que tomó riesgos para mostrar su arte más allá de las fronteras y hoy, vive en Querétaro, donde integra la lista de artistas reconocidos en el centro del país.
Alan Villa es licenciado en Arte por la Universidad de Sonora siguiendo la vocación que descubrió desde muy pequeño; estudió primaria y secundaria en Estados Unidos donde fue invitado a estudiar en distintas escuelas para desarrollar su talento.

Mientras estudiaba la licenciatura participó en una bienal estatal de escultura donde obtuvo el tercer lugar y posteriormente se alzó con el primer lugar en una bienal de pintura, con lo que comenzó su carrera de manera formal.
Expuso también en MUSAS (Museo de Arte de Sonora) y en ese momento fue uno de los expositores más jóvenes.
También durante su carrera impartió talleres en Guadalajara, Jalisco; San Miguel de Allende, Guanajuato; Querétaro y Ciudad de México.
Junto a un grupo de colegas creó la escultura central de MUSAS y la figura que identifica a la Plaza Gobernadores de Puerto Peñasco. Como parte del Colectivo Tekne participó en exposiciones como “10 Campanas por la Independencia” con motivo del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución Mexicana, en 2010.

“Éramos seis integrantes en aquel entonces y así empecé a empaparme un poco más en vivir de esto, en materializarlo, porque ya sabes que es difícil en cualquier arte cambiarlo por el pan a la mesa”.
“Afortunadamente tuve algunos coleccionistas que creyeron en mí. En la carrera, por ejemplo, tuve un coleccionista que me dijo ‘sabes qué Alan yo creo en ti, me gusta mucho tu trabajo, píntame cuadros para toda mi casa pero te doy rienda libre’, entonces pinté 63 cuadros para este señor”.
“Así comencé a trabajar allá (en Hermosillo) con Lucita Aguilera desde hace muchos años, fui de los primeros artistas que trabajó en su galería. Ella empezó a mover obra mía para el sur”, afirma.

Pregunta eterna: ¿Es posible vivir del arte?
El pintor considera que los artistas no pueden vivir únicamente “en la bohemia”, pero tampoco nada más por el dinero. Acepta que hay quienes sólo buscan la fama; otros el reconocimiento de los críticos y aquellos que no están interesados en galerías ni museos, sino en monetizar sus creaciones.
“Yo creo en el oficio del artista, en que primero debes ser algo artesano. Ahorita yo creo que se ha perdido eso”.
Alan Villa ha logrado el balance entre ser artista y convertir su actividad en un modo de vida, gracias a sus creaciones, las clases que imparte vía remota en distintos países y el Taller de Arte Experimental que estableció en Querétaro junto a su esposa Inés Valdés, también artista plástica.
“Soy honesto a mi vida, a mi familia, me encanta que mi esposa y yo dedicándonos a esto podamos dar una vida digna a nuestros hijos, tener la oportunidad de viajar. Eso para mí no tiene precio”.

En el Taller de Arte Experimental guían a otros artistas en sus procesos; a personas que están en el inicio del arte o que ya tienen una trayectoria.
“Yo le llamo un taller de retroalimentación y de producción. No tanto que yo les imponga qué pintar, sino cómo pintar. En el diálogo y la propuesta ellos dicen esto sí me late, esto no, pero toman en cuenta mi experiencia. Ha prosperado muy padre, se ha hecho un grupo muy sólido, muchos de ellos ya venden bien y formalmente en muchas partes, exponemos juntos a veces, como colectivo, como taller”, dice.

Técnicas y etapas
Experimentar en temas y técnicas es una característica de Alan Villa. El pintor considera que la vida es muy corta como para quedarse con una sola técnica y refuerza:
“No estoy casado con ningún tema, de ninguna manera. Hay muchísimas pinturas que te dan mucho resultado o soporte, no es lo mismo pintar sobre aluminio, vidrio, lino, madera, lona, cada cosa te da cierto resultado”.
“Lo que sí tengo son temporadas, épocas, que a veces las decido yo pero por circunstancias de la vida misma”.

Relata que en 2009 sufrió un grave accidente en motocicleta en el que se fracturó la cabeza en dos o tres partes, con derrame de líquido cefalorraquídeo que le tuvo casi un mes en el hospital. En el curso de esa gravedad vio ciertas cosas que quiso pintar.
De esa experiencia surgió la serie de árboles llamada “Respuestas naturales”, pero esa etapa concluyó y dio paso a otros temas.
Sus creaciones, además, se plasman en todo tipo de material tanto en pintura como escultura: tela, madera, metal, lámina, acero, vidrio o aluminio.
“Me gusta mucho experimentar con los materiales. Yo creo que eso es lo que más me gusta y aprender, aprender, aprender… ¿Y de qué otra manera va a aprender uno en la vida si no es experimentando? Equivocándose”, asegura.

Para quienes están en el descubrimiento de su vocación, el pintor envía el mensaje de que, si hay una actividad que los mueve y hace felices, no la cambien por nada porque encontrarán el equipo ideal para complementarlo.
“Yo creo que primero es la pasión por lo que haces. Lo demás se da por añadidura”, destaca y añade que la disciplina, es igual de importante que la pasión.
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Breves financieras 21 de octubre de 2020 por Luis Fernando Heras Portillo – Sonora Star
Oct 21, 2020[…] Alan Villa, pintor y escultor sonorense que destaca en el centro del país […]