¿Cómo construir una relación positiva con tus hijos?
Ser padres no es tarea fácil, y lo más difícil es que ¡nadie nos enseña cómo hacerlo! Lo único que tenemos es nuestro amor, experiencias, criterio e instintos para criar a nuestros hijos de la mejor manera que podamos.
Sin embargo, escuchar consejos de personas que han recorrido este camino es una buena práctica para mejorar día con día. Por ejemplo, la Dra. Gail Gross compartió a Thrive Global 11 consejos para comenzar a construir una relación sana y feliz con nuestros hijos.
1. Trata a tu hijo de la misma manera en la que tratarías a tu mejor amiga o amigo. Hace algunos años, el psicólogo Haim Ginott sugirió que los padres deben establecer el mismo nivel de cortesía con sus hijos que con sus amigos. Por ejemplo, si tu amiga deja su bolso en tu casa y te llama avergonzada, lo más probable es que, con empatía, le digas que no se preocupe y dirías algo para hacerla sentir mejor. Por otra parte, si tu hijo llega de la escuela sin su lonchera, podrías enojarte o crear un entorno estresante en lugar de simplemente resolver el problema.
Para establecer una buena relación con tu hijo, lo mejor es ser su aliado. Toma medidas positivas para remediar su error y empatizar le hará saber a tu hijo que puede contar contigo para ayudarlo. Hazle saber que puede confiar en ti, en lugar de hacer que sienta vergüenza o culpa.
2. Apoya a tu hijo. Muéstrale que estás para él o ella, ya sea que esté en lo correcto o no, porque estás de su lado sin importar qué. Debes ser esa persona a la que puede acudir en todo momento.
3. Para mejorar la comunicación con tu hijo, utiliza el siguiente proceso de empatía: Escucha de manera activa; se equitativo con los tiempos que toman tanto tú como tu hijo para hablar sin interrupciones y, no importa lo que diga, no te pongas a la defensiva. De esta manera, tu hijo podrá aprender a resolver problemas en equipo. Como padres, es muy fácil proyectar tus propios miedos y experiencias en tu hijo. Al tener empatía con él o ella, le estarás mostrando tu amabilidad y estarás creando un entorno seguro para que vuelva a él cuando sea necesario.
4. No castigues a tu hijo aislándolo por su mal comportamiento. Eres un aliado para tu hijo, y debes trazar el camino hacia su desarrollo. Por lo tanto, es importante guiarlo hacia soluciones positivas.
5. Ten en mente la etapa de desarrollo de tu hijo. Por ejemplo, un niño menor de nueve años piensa de manera concreta y egocéntrica. Por lo tanto, al hablar con él o ella y hacerle preguntas, es necesario usar un lenguaje concreto y en términos concretos .
6. Cuando tu hijo se desconecta de los demás o se aleja demasiado, es importante compensar el tiempo perdido. Puedes hacer esto haciendo espacio durante un momento del día para pasar tiempo juntos.
7. Debes estar presente para tu hijo. Esto se trata más de ‘cantidad’ que de ‘calidad’. No tienes que se un profesor o un experto, solo debes estar presente. Esta es una de las maneras más fáciles de crear una relación positiva con tu hijo. Los niños aman que les leas un libro, les cuentes una historia, juegues con ellos tanto con sus juguetes como juegos imaginarios. Pero principalmente, quieren estar contigo.
8. Trabajen juntos. Madame Montessori sugirió que los niños imitan a sus padres y, por lo tanto, se motivan para trabajar. Tu hijo quiere ser como tú, por lo que trabajar juntos no solo fortalece su relación sino que también incrementa la confianza y los niveles de competencia. Hacer cosas juntos como cocinar, hornear, lavar platos, poner la mesa y hacer manualidades son actividades divertidas que los unirán más. Ya sea en casa o en el exterior, las actividades que tomen en cuenta la ética de trabajo pueden hacer que tu hijo sienta que está creciendo para ser como tú.
9. Dale ánimos a tu hijo. Motívalo. Muéstrale que es una persona valiosa. Esto lo alentará a crecer mas allá de su último logro obtenido a medida que alcanza nuevos horizontes, construyendo seguridad en sí mismo. autosuficiencia y reforzando de manera positiva su autoestima al ser motivado y amado.
10. Lleva a tu hijo contigo siempre que puedas. Esto no solo ayuda a que, a través de las experiencias que comparten, comience a enriquecer su vocabulario, sino que también ayuda a crear una relación en la que puedes culturizar y socializar con tu hijo. Todas las experiencias crean una masa de neuroconexiones en el cerebro de tu hijo, con el potencial de mejorar su coeficiente intelectual.
11. Programa salidas especiales sin hermanos. El tiempo a solas con tu hijo te ayuda a ponerte al día con él o ella sobre cómo se siente, cómo le está yendo en la escuela y a saber si necesita tu ayuda en algo.
Finalmente, sé auténtico en las interacciones con tu hijo, pues él o ella modela su comportamiento con base en el tuyo. Por lo tanto, al ser honesto, le estarás enseñando a tu hijo a ser honesto y confiable. De esta manera genera confianza y construye su autoestima. Cuando los niños aprenden a valorar su propia personalidad, son inmunes a la presión social. Esto inspirará a tu hijo a confiar en sí mismo y a ser responsable de sus acciones. Recuerda que eres el primer mejor amigo de tu hijo, y que cada relación que tenga después de ti está basada en la suya.
Vía Thrive Global por Dra. Gail Gross