Tecnología radar revela cómo era una antigua ciudad romana sin necesidad de excavaciones
En una muestra de lo que será el futuro de la arqueología, investigadores han utilizado un radar de penetración de tierra para mapear una antigua ciudad romana, detectando notables detalles de edificios que aún se encuentran bajo tierra, incluido un templo y un monumento público.
La tecnología se utilizó en Falerii Novi, una ciudad amurallada que abarca poco más de 30 hectáreas, a unos 50 kilómetros al norte de Roma.
Falerri Novi fue fundada en el año 241 a.C. y estuvo habitada hasta el año 700 d.C., a principios de la Edad Media.
Esta fue la primera vez que se cartografió una ciudad antigua en su totalidad utilizando un radar de penetración de tierra, que permite a los investigadores explorar sitios arqueológicos a gran escala sin tener que excavar, lo que puede ser costoso y llevar mucho tiempo.
La tecnología de radar puede ‘ver’ debajo de la superficie utilizando una antena de radar que envía una señal de radio en la tierra y escucha los ecos que rebotan en los objetos. El equipo que utilizaba el radar fue explorando sobre la superficie usando un vehículo todo terreno.
«El estudio de campo tomó de tres a cuatro meses», dijo Martin Millett, profesor de arqueología clásica de la Universidad de Cambridge que ayudó a dirigir el estudio publicado en la revista Antiquity. «Esto cambia la forma en que podemos estudiar y comprender las ciudades romanas. Este el camino hacia el futuro de la arqueología».
Falerii Novi había sido excavada previamente, pero la mayoría permaneció enterrada. Con una población de quizás 3,000 personas, contaba con un complejo de baños públicos y un mercado, al menos 60 casas grandes y un templo rectangular con columnas cerca de la puerta sur de la ciudad.
Cerca de la puerta norte había un monumento público diferente a cualquier otro conocido hasta la fecha, con un pórtico con columnas en tres lados y una gran plaza abierta de 40 por 90 metros. Falerii Novi tenía una red de tuberías de agua que corría debajo de las manzanas de la ciudad y no solo a lo largo de las calles, lo que indicaba una planificación coordinada de la ciudad.