Un granjero salvó a una osita de ser sacrificada adoptándola como compañera
Una invitada inesperada paseaba por las calles de la región de Borisovsky, en Bielorrusia. Una pequeña osita hambrienta buscaba alimento en los contenedores de basura de la comunidad hasta que un granjero vino a su rescate.
Se trata de Nikolay Vasilievich Terletsky, propietario de una granja local, quien decidió darle un cálido hogar a la osezna, a quien adoptó como una curiosa mascota.
Antes de tomar esta decisión, Nikolay, consiente de que los osos pardos son muy raros en su país y son una especie en peligro de extinción, se puso en contacto con todas las autoridades posibles para exponer su situación, y para su mala fortuna, solo le dieron dos opciones: debía regresarla a la naturaleza o ponerla a ‘dormir’. Con temor y preocupación, Nikolay no tuvo corazón para dejar que la osita enfrentara este terrible destino.
Al hablar de su situación con sus amigos y vecinos, estos unieron esfuerzos para ayudarlo. Un grupo de cazadores salió al bosque y se dieron la tarea de buscar a la madre de la osezna, sin encontrar ningún rastro.
Debido a que era demasiado pequeña para sobrevivir por su cuenta, Nikolay decidió adoptarla y bautizarla como Vasilisa -que significa “reina” en griego – quedándose legalmente en la granja.
Un veterinario que la revisó constató, a través de una inspección dental, que la osa tiene tres meses de edad.
Para oficializar la decisión, un comité de especialistas tramitó un ”pasaporte” para Vasilisa. Ahora, la osita sana y juguetona comenzará a explorar el mundo de una nueva manera, rodeada de amor y cuidados.
Para protegerla cuando crezca, Nikolay planea construir un gran recinto con un área de observación en su granja. “Mi sueño es cercar un pedazo de bosque y armar un espacio para que se quede aquí, en la naturaleza, hasta que vea con mis propios ojos dónde vivirá, no la abandonaré”, dijo Nikolay.
Con información de Planeta Belarus y Clarín